Alta, orgullosa, casi despegándose del suelo,
Arañando el firmamento,
Así se irgue la adelfa…
Con sus hojas de lanzas puntiagudas estocando las nubes,
Reclamando más luz que el césped que se decolora bajo su sombra,
Así crece la adelfa…sin remordimientos absurdos,
Así como se hinchan los sueños,
Así como se arremete contra la vida,
Siempre hacia delante,
Subiendo, enredándose, liberándose, transformándose,
Así crece la adelfa…victoriosa,
Así como se recibe a la vida,
Aguantando sus golpes sin aviso,
Tambaleándose ligeramente pero siempre en pie,
Mostrando que se puede reverdecer todo el año,
Que se puede resistir a la noche más siniestra,
Y al día más encantador con la misma serenidad en el alma,
Y así silente y robusta, la adelfa, resiste el tiempo,
Se aferra al suelo con fiereza,
Así es la adelfa, irrespetuosa de las limitaciones,
Aguerrida, como quien crece en las carencias de afecto,
A la defensiva como quien ha vivido sin un techo,
Así es la adelfa…
Que me recuerda a las serpientes,
Sedosas, brillantes y ponzoñosas.
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