Felicidad

Fantasmagórico, relampagueante y nuboso,

Así era el cielo,

Y sombrío y sensual…así era este reino,

Esta nación de copiosas ondas en el cielo,

De moho lamiendo las rocas,

De ciclámenes mustios enraizándose en la sombra de los olmos,

Así era esta nación onírica que me adoptó,

Y que cerró sus puertas tras mi espalda,

Pero amaneció en mis tierras,

Llegó la primavera en el octubre más límpido,

Cuando sus labios garabatearon historias infinitas en los míos,

Cuando sus manos repasaron la geografía de mi piel toda,

Trayendo alivio a los otrora pensamientos más penosos

Que yacían empalados en desiertos yermos,

Donde los buitres solían aglomerarse para devorar la poca esperanza

Pegoteada a sus huesos rancios…

Y de esas imágenes grotescas ya no queda nada,

Solo recuerdos borrosos,

Solo sonidos deformados,

Como lamentos del más allá,

De siervos ruines que traían pesares en canastas ensangrentadas

Como regalos de bienvenida a los vecinos nuevos…

Pero no más,

No más sombras, no más soledad trepando por mis piernas,

Del mal de mi mundo, ya no queda nada,

Me sacudí de esas penurias,

Y ahora me columpio en serenos vaivenes en sus caderas cadenciosas,

Y duermo sereno sabiendo que despertaré a su lado,

Sabiéndome salvo,

Sabiéndome amado,

Imperfecto como soy, amado…

Los viejos buitres de antaño perecerán hambrientos,

Pues ya no queda pena o soledad para alimentarlos…

Veme sonreír sin miedo alguno,

Veme ser feliz.