Las olas se entrelazan entre azules y verdes,
Y se remueven los granos de arena como las ideas perdidas de amores de
antaño,
El mar danza bajo los pies ligeros y traslucidos del viento,
Y sobre la orilla camino, mirando el horizonte que me incita como la
locura misma,
De esa con que se nace, de esa de la que no puedo escapar aunque lo
deseo,
Y dejo que mi mente repase la línea costera hasta donde llega mi
mirada,
Que mis pies se empolven sin pudor alguno,
Y mi piel se seque con la sal pulverizada en la brisa que no reconoce
fronteras,
Heme aquí caminado por esta playa tan llena de gente,
Y tan vacía de vida,
¿A dónde se fueron las aves que anidaban sin miedo?
¿A dónde se fueron los cangrejos naranjas que se asoleaban como
petrificados?
Así, ya recuerdo, huyeron como mis rimas,
Como los rezos que me enseñaron de niño,
Como la sensatez de mis palabras hoy adormecidas con opio,
Las olas se entrelazan entre azules y verdes,
Y voy caminando lento por la orilla,
Viendo como el mar reclama mis huellas y las engulle,
Quizás es sólo una premonición del tiempo que nos queda,
Quizás al acabar este paseo, pueda por fin descansar, quizás…quizás.
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