domingo, 3 de mayo de 2020

Martin


Martin hey, hey, Martin
                                                                                  (Creo que sigo aquí)
Martin ¿Acaso no me oyes llamarte, Martín?
(Quizás siga aquí)
Martin, sabes que eres el único.
(Sí aún estoy aquí)


Pague los pecados de otro con mi propia alma,
Esculpe sus culpas con mi inocencia,
Ofrendándola sobre su lecho sin conocimiento alguno,
Con ojos suplicantes,
Con labios cerrados con rudeza,
Con manos amarradas con firmeza,
Luego cuando el espíritu yacía quebrado en una cama desordenada,
Y mis pensamientos suplicando piedad en un rincón de mi mente,
Tiritando ensangrentado en sabanas ásperas,
Como la arena, como sus manos…
Ya libre de las amarras de sus deseos,
Recogí mis ropas y seguí con mi llanto silencioso,
Deje que el tiempo me reconstruyese por dentro y por fuera,
Deje que los sueños de un futuro excomulgaran los recuerdos del pasado,
Pero me perdía a mí mismo…
Y cuando note que era frío como el invierno,
Ya era tarde,
Y cuando note que era voraz como el mismo tiempo,
Ya era tarde.

¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo,
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo.
¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?

Años pase garabateando sonrisas falsas en mis labios,
Años pase reprimiendo mis manos de tocar a otros,
Dejando que la soledad me lamiese con tanto o más sadismo que mi atacante,
Dejando que la piel se volviese dura como la vida misma,
Escondiéndome en la generosidad de mis rimas,
En la ternura de mis fantasías,
De esos abstracciones meditadas con los ojos abiertos,
Insertadas en mi subconsciente como un virus beneficioso,
Años dedique a sentirme limpio,
Rascando mi piel hasta volverla rojiza como los pétalos de las amapolas,
Respirando profundamente sin dejar de contar para que mi cuerpo se sede,
Como un mar cuando el sol mira con desprecio el mar y este huye despavorido,
Años pase reconstruyéndome como un castillo de arena,
Derrumbándome por el soplido de recuerdos violentos,
Que se escapaban de las prisiones de mis entrañas,
Años pase hundido en una pena que se maquilla
Como un ojo amoratado,
Como la honra de una familia que se negó a creer en mis palabras,
Y en mis ropas ensangrentadas.

¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo,
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo.
¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?

Mi espalda se rompió de cargar una culpa ajena,
Mi sonrisa se deformó mutante de tanto fingirla,
Y allí en un suelo frío,
En una cama donde dejé que anidasen mis lágrimas,
Me quedé esperando a quién me oyera,
A quién me abrazará sin juzgarme, solo con ternura,
Que me pidiese disculpas por el mal del mundo,
Y allí me quedé esperando a sanar por completo,
A que esa culpa se hiciese costra y se cayera,
Que mi piel renaciera como todo en primavera,
Mis ojos no resistieron el peso de este diluvio que concentre en mi mente,
Y lo deje fluir, como fluye la vida misma,
Como fluye el tiempo,
Como fluye el perdón cuando uno llega a aceptar que el pasado es inalterable,
Que no hay quién pueda salvarme sino yo mismo…
Desempolve mis rodillas dobladas acalambradas de rezarle a quien no existe,
Levante la cerviz que yacía bajo el yugo de mis lamentos,
Y decidí darme la oportunidad de perdonarme
De perdonar las circunstancias, de perdonar al verdugo,
Me decidí a seguir viviendo.

Martin ¿Acaso no me oyes llamarte, Martín?
                                                                                  (Creo que sigo aquí)
Mi mundo se derrumba. No puedo verte, te necesito ahora mismo.
(Quizás siga aquí)
Martin, no sigas huyendo!
(Sí aún estoy aquí)

No sigas huyendo, no sigas huyendo, no,
No sigas huyendo, no sigas huyendo, no,
¿Dónde está Martin?
Sabes que te necesito ahora mismo,
¿Dónde está Martin?
(Sólo tenía miedo y hui)
(Aquí estoy, nunca me fui)
(Sí, sigo aquí)


Nota: Inspirado en la canción Maria de Christina Aguilera de su Album Liberation, 2018. La habia escuchado miles de veces pero recién hoy me animo a abrir mis recuerdos.

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