La noche de las brujas ha llegado,
La santidad de lo profano se desliza en el aire,
El humo del incienso se deforma libremente,
Las velas se tambalean sin oponer resistencia,
Y sobre los nenúfares aglomerados danzan las hadas invisibles,
La noche de las brujas ha llegado,
En este círculo de setas, sal y rocas estoy a salvo,
Ofrendando miel y quemando salvia
En mi caldero viejo y ennegrecido,
Con llaves de plata fina colgando alrededor de mi cuello,
Yo las invoco hadas,
Yo las invito a hacerse visibles,
Acompáñenme a silbar a la luna llena,
Acepten las frambuesas y bellotas,
Acepten la luz tenue de mis oraciones,
Y la humildad de mis venias,
Descosan el velo del misterio,
Revelen su forma y háganla hermosa para el placer de mis ojos,
Acudan al llamado de los hijos perdidos de la luna llena,
Acudan en esta hora serena,
Y déjenme caminar por el umbral de los mundos,
Al edén de dónde fuimos expulsados,
La noche de las brujas ha llegado,
Y con la bendición de sus nombres,
Invoco el favor de las hadas…
Las invoco a todas ustedes,
Vengan a mi,
Vengan ya,
Vengan por mi.
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