Me hundo entre los
vapores de esta noche,
Me abandono como
barco sin capitán…a la deriva,
Esperando que la
tormenta se detenga,
Y que mi ser todo
encalle en el puerto de tus piernas,
En una bahía donde
el verano y la primavera rivalizan todo el año,
En donde pueda
reverdecer como los pinos,
Pueda sanar como el
cielo del ártico,
Me hundo entre las
penas que levantan oleajes salvajes en esta noche,
Con los ojos fijos
en los tuyos,
Para no ser
sorprendido por sus formas maquiavélicas,
En esta noche en
que tus caricias caen como lluvia enardecida,
Prometiendo ser
capaz de disolver la sal con que se moldeo mi cuerpo,
Las conexiones
entre nervios y culpa en mi alma,
Deja que me hunda
en este tiempo que se detiene
Cuando te acercas a
mi cuerpo,
Deja que me hunda
en la sensación de desalojo odios acumulados,
De inseguridades
guardadas con recelo,
Confisca mi razón
entre tus gemidos,
Hazme prisionero en
esta noche que quiero anclar en la memoria,
En este lecho que
quiero volver mi residencia permanente,
Deja que me hunda
como mis versos de adolescencia,
Que descanse como
las cuchillas sobre muñecas que recobran la razón en un instante,
Deja que me hunda
en tus gemidos,
Como tú en mis
abismos...
Ahogarme en la paz
que me dan tus manos,
Y luego flotaré
entre estas sábanas,
Como flotan los
espíritus entre este y miles de otros mundos,
Como flotan los
globos con alma de helio,
Deja que me hunda
en esta calidez plena que me envuelve como oruga,
Y prometo ser tuyo,
Soló tuyo…
Nunca más del
miedo,
De él, nunca más.
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