Podría decirte que no le temo a nada, ni a nadie
Y ni siquiera me inmutaría
Conservaría esa calma estoica que he aprendido con los
años,
Ningún gesto delataría mis mentiras,
He entrenado mucho tiempo para parecer fuerte como la
roca
Inquebrantable como el mar mismo…
Espontáneo y audaz como el viento,
Tierno y letal como una fogata en medio del bosque
bajo la luna llena,
Podría pararme frente a ti y decirte sin parpadear
siquiera que estoy bien
Que estamos bien,
Que lo estaremos,
Que esta noche es solo una más en este rosario eterno
de emociones,
Que soy tuyo y tú eres mío,
Que el mundo puede entrar en letargo y no me importaría
en absoluto,
Que el tiempo es sólo un concepto vano,
Que nuestros fundamentos son más firmes que los credos
antiguos,
Podría mentir una y otra vez, diciendo que estoy en
calma,
Que soy feliz, que nada me afecta,
Que la tierra gira con el ritmo de mis latidos,
Y por ende no hay de qué preocuparse,
Podría mirarte fijamente, y hacer que te pierdas en mi
mirada segura
Como el hogar que aparentemente hemos construido,
Como una nación muy íntima…
Y podría acariciar tus mejillas con narrativa
epitelial,
Y hacerte creer que tendremos nuestro felices para
siempre si te beso
O te hago el amor allí mismo…
Pero no…no hay calma en mis manos, ni en mis pies,,,
No hay sosiego, ni silencio en mi corazón o mi alma,
Tengo miedo cuando me tocas, cuando me besas
Me abrasa el temor de lo incierto,
La seguridad de nuestra extinción,
La levedad de la vida que se me escurre por los poros
con cada respiración,
Lo insulso de mis rimas, de mis palabras rebuscadas,
Tengo miedo de esta muerte anunciada,
Pero de admitirlo no pararía de llorar,
Me desmoronaría como estatua de sal azotada por las
olas,
Y tú llorarías conmigo, por mí, por ti, por nosotros,
Y me temo que no tenemos una balsa para navegar en un
posible rio de lamentos,
Así que miento, sí, te miento, me miento, le miento al
mundo,
Sonrío…digo que estoy bien, sonrío, respiro, vivo un
día más,
Sabiendo que es solo una ilusión borrosa en un espejo
quebrado,
Un día menos para lo inevitable…
El final está cerca, puedo olerlo como si de la playa
se tratase,
Puedo sentirlo como si fuese una cobija desenrollándose
sobre mí,
El final está cerca, aun así, no me escucharas admitir
mis miedos,
Solo me veras acercarme y besarte con la pasión que me
has enseñado,
Sólo me verás caminar como bendiciendo la primavera
con mi mejor sonrisa…
Lo único que ellos mirarán será mi impostada alegría,
Y no mis brazos dándole la bienvenida a la muerte que
ya tiene cita en mi agenda.