domingo, 25 de agosto de 2019

Hombre lobo


La luna se ha tornado roja,
Sanguinolenta como un embrión descolgándose del útero,
Y el bosque guarda un silencio casi sepulcral…
Ha llegado la hora de la jauría,
Y sé que estás allí olfateando mi piel fresca como caléndula,
Sé que yaces agazapado detrás de los arbustos más desordenados,
Procuras descifrar si es seguro acercarte y atacarme,
Procuras sobrepasar la poca sensatez humana residual,
Alojada en la sangre mestiza que corre tus venas,
Te preguntas si podrás alimentarte de mi como si fuese un conejo asustado y rendido,
Como un cervatillo cojo abandonado a la suerte de los desafortunados,
Pero sabes que este es mi territorio,
Sabes que todo el bosque es mi reino,
Sabes que la diosa me ha ungido y se te escarapela el pelaje oscuro de tu lomo,
Y retrocedes agazapado,
Gruñendo a la nada viviente en el aroma de la noche,
Y zigzagueas en el viento hasta las colinas,
Aúllas a la luna, con esa mezcla de ira y súplica,
El hambre te corroe las entrañas,
Pero sabes que no puedes cruzar el círculo sagrado,
Que mi casucha aunque modesta es inquebrantable,
Pero el hambre puede más que la cordura,
La sed de sangre ensordece los susurros sensatos de tu menguante alma humana,
Y en cuatro patas, feral, agresivo,
Con proclamas de muerte y devastaciones chorreando de manera espesa de tus fauces,
Te atreves a regresar de las montañas,
Te atreves a merodear dando círculos alrededor de mi jardín sereno,
Y mientras recojo salvia fresca,
Tus ojos rojos se topan con los míos siempre serenos,
Crees que la noche es morada,
Crees ser el único que ha nacido de ella,
Pero yo soy su hijo favorito,
He estado aquí por mucho tiempo,
Y estaré después que tus huesos se corroan con plata y acónito,
Cuando de tu pelaje solo queden cenizas que se las lleve el viento,
Yo seguiré aquí, y puedes verlo en mis ojos,
Puedes sentir esa fría desesperanza en tus huesos,
En sus garras polvorientas, en tus fauces temerosas,
Así que vete a otras aldeas,
Mancha la tierra de sangre y mierda si así lo deseas…
Pues si posas una sola pata dentro de este círculo desearás morir rápido,
Estos son mis dominios,
Ésta es mi tierra, oh pequeño cachorro,
Ya llega el invierno, y una cobija de tu pelaje suave le vendría bien a mi cama…
Eso es gruñe,
Desvanécete en la bruma,
Aúlla tu desesperanza,
Pero lejos de mi jardín hermoso,
Lejos de mis dominios,
La noche del lobo acabó cuando la tierra se posó bajo mis pies.

Bola de cristal


En mis manos te sientes fría y vacía,
Serena como el mar a la medianoche,
En mis manos has de rebelar tus misterios,
Como mis rimas, como mis hechizos,
En mis manos mostrarás la respuesta a mis preguntas,
Y tus imágenes escuetas,
Tus mensajes crípticos,
Deformes como las nubes de un cielo tímido,
He de descifrar, he de leer con mis ojos café,
He de encontrar a quién estoy buscando,
Oh mi pequeña esfera traslucida
Como la mirada pura de los unicornios,
En esta hora rota,
En esta plegaria sacra,
Invoco a los espíritus a soplar sus murmuros,
Y que estos se arremolinen en tu centro,
Deja que la verdad se dibuje en tu ser más íntimo,
Deja que fluyan en este mundo,
Las voces del otro,
Que se asomen como colas de sirenas,
Bajo el reflejo escueto de la luna,
Oh mi bola de cristal,
Como perla resplandeciente,
Como el corazón de un hada arrancado en un eclipse,
Responde a mi voz quejumbrosa,
Muéstrame lo que tanto anhelo,
Muestra los secretos que te fueron confiados por los dioses antiguos,
Por los chasquidos del fuego que te dieron forma,
Revela ante mi dónde se encuentra a quien busco,
Dónde yace escondido la razón de mis latidos,
Lo extraño,
Lo extraño…
Oh mi hermosa bola de cristal,
Resplandece púrpura e incandescente,
Como el alma de un muerto fresco,
Y dibuja su rostro y dime si aún piensa en mí…en nosotros,
Dime si aún recuerda mi nombre
Con la firmeza de su ingle,
Con la dulzura de sus labios,
Dime dónde lo encuentro…
Dímelo ya.

domingo, 18 de agosto de 2019

Wendigo


Ha llegado el invierno silbando entre las los maizales,
Y las hojas amarillentas se vuelven blancas y puras,
Pronto no quedará más nada que el recuerdo de un campo,
Vivido en mis recuerdos,
Anhelado por los pocos árboles aún erguidos,
Sus silbidos tétricos,
Se vuelven rumores de un peligro inminente,
Mi fogón chisporrotea,
Los poppets colgados en la chimenea dejan escapar suaves sollozos,
La muerte se acerca desde el norte…
Y pronto anidará en los suelos fríos del valle,
Alguien ha roto la regla antigua,
Alguien ha invocado su presencia despreciable a este mundo,
Ofreciendo su cuerpo como cáliz eterno,
Sin importarse ser prisionero de un cuerpo deforme,
Del emisario de la destrucción y el silencio,
Ha llegado,
Está aquí, lo siente mi escoba vibrando tras la puerta,
El Wendigo ha renacido,
En este momento,
Su huésped humano ha de estar mutando,
Sus brazos y piernas se alargan como ramas
Y las articulaciones cambian de dirección como su esencia misma,
Su mandíbula se vuelve escueta y saliente,
Sus colmillos se hacen más poderosos,
Su pecho se contrae,
La piel en el parece estar putrefacta,
Las garras asoman y se vuelven dagas en sus dedos,
Astas salen de su cráneo,
Su cuero cruje como huesos siendo rotos y remodelados,
su piel exuda vapores de amargura,
Y sus ojos se llenan de negrura y hambre,
Aún con el sudor del bosque,
Se puede oler sus ansías de matanza...
El Wendigo ha renacido,
Lo sabe el bosque,
Y llora sin disimulo,
Las madrigueras y las cuevas son como úteros temblorosos,
Los conejos, los coyotes, los ciervos e incluso los osos,
Se acurrucan con sus familias,
Saben que aunque no forman parte del menú, interponerse es estúpido,
El Wendigo ha renacido,
Y su estómago gruñe,
Su cuerpo decrépito añora carne humana,
Su lengua reseca está sedienta de sangre,
Sé que hoy alguien morirá,
He de quedarme en casa bebiendo un té,
Y tú deberías de volver a la cama, mi amado,
Regresar a tu aldea sería tonto,
Deja que los guerreros terminen sus rituales,
Que sus ropajes sean ungidos con sangre y savia,
Deja que sus mejillas sean pintadas con ceniza y ocre,
Deja que el humo de las hierbas limpie sus mentes,
Ellos cazarán a Wendigo,
Ellos traerán la paz al hombre que se ha perdido,
Ellos quemarán la esencia podrida del guerrero mezquino,
Así que volvamos a la cama,
Quedémonos esta noche escueta,
Juntos muy juntos,
Como el tiempo y el espacio,
Mañana ayudaremos a los Cree a rastrear a su presa.

domingo, 11 de agosto de 2019

La Bruja de Endor


Expulsada de la tierra prometida,
Huiste a las afueras de la ciudadela,
Con tu escoba en los hombros y tu caldero sobre el mango,
Arrastrando tus pertenecías,
Con el corazón herido pero sin derramar lágrima alguna,
La hija de Hécate nunca sería vista con el rostro surcado por el llanto,
Agazapada bajo el manto terso de la noche,
Y con la luna guiando tus pasos,
Llegaste a tu nueva morada,
Con barro y paja construiste tu casucha,
Y a un par de homúnculos que te entretuviesen en invierno,
Araste la tierra hasta hacerla productiva,
A diferencia de tu vientre tan mezquino,
Y pusiste nuevamente tu caldero sobre las brasas,
Sahumaste tu nueva morada,
Hilaste el viento para que capturase a las almas en pena que vagan en el desierto,
Cual telas de araña, invisibles e infalibles,
Y cuando la cena de la tercera luna llena estuvo servida sobre tu modesta mesa de madera,
La puerta resonó, alguien golpeteaba con desesperación,
Podía olerse su miedo en el sudor que le escurría la frente,
Su rostro estaba cubierto,
Pero sabías quién era,
Después de todo lo habías visto en un sueño,
Despojase de su capucha, allí frente a ti estaba quien había ordenado el destierro,
El Rey Saúl había venido a ti, suplicando ayuda,
Con el corazón acelerado como los tambores filisteos,
Con la voz entrecortada como las olas del mar muerto,
Allí yacía el Rey Saúl, el soberano abandonando la fe en su dios,
Suplicando que los dones con los que nací y los que él aborreció
Le dieran la oportunidad de hablar alguien que también tuvo el poder de la clarividencia,
Pero que en ausencia de una vagina, fue considerado profeta,
Pobre Rey, pobre humano, pobre hombre encorvado por el peso de sus miedos,
Enjuto y visualizando su tumba,
Allí yacía el Rey Saúl, implorando mi asistencia,
En esa hora mágica, en ese instante donde sólo nosotras podemos solucionar las cosas,
Allí yace el Rey, vestido de mendigo, queriendo engañar a la hija de las sombras,
Entonces le mostré lo había venido a buscar con tanta ansía,
Con mis susurros el velo que separa el mundo de los muertos se rasgó,
Y allí apareció Samuel, sólo para confirmar su muerte en tres días,
Su trono sería arrebatado y sus enemigos avanzarían sin inconveniente alguno,
Y reí sutilmente, pues así como él había dado muerte a mis hermanas,
Y olvido al culto añejo a mis hermanos,
Así él sería olvidado,
Sufre miserable Rey,
Sufre pobre Rey…
La tierra reclamará tus huesos y tu sangre,
Y muchos años después también reclamará mi compañía,
Para moldearme nuevamente entre las raíces más profundas del subsuelo,
Y volver a nacer, joven como la primavera,
Pura como el agua de la cascada,
Pronto le devolveré a la madre tierra este cuerpo cansado,
Y en ella me transformaré como mariposa,
Yo regresaré una y otra vez,
Y tú…tú serás sólo polvo y ceniza,
Está noche te ayudaré en tu cruzada y te irás de mi casa,
Sin siquiera saber mi nombre...Lilit!!!

Duende


Otra vez te has escabullido por las rendijas de la cerca,
Y has aprovecha la ingenuidad asentada en mis costumbres
He dejado la puerta abierta y el fogón encendido,
Para que el suave aroma fresco de los sauces entrase
Pues a él si lo había invitado,
Pero aprovechaste mi descuido,
Aprovechaste mi ausencia,
Y entraste a hacer travesuras en mi despensa,
Ahora los frascos de mis especias están desordenados,
Y tus pequeñas manitos mugrientas adornan las paredes,
Y tus pequeñas huellas de botas polvorientas evidencian tus saltos sobre mi cama,
Ay pequeño travieso,
Ay pequeño bribón,
Has jugado con mis runas sin respeto alguno,
Y has armado un castillo de naipes con el mazo sagrado,
Mi bola de cristal esta nublada por tu aliento,
Y mis cortinas aun susurran tus sonrisas sardónicas,
Y mis ollas de hierro forjado muestran la agonía de tus quemaduras,
Ay de ti si te encuentro,
Ay de ti si no fuiste suficientemente precavido de regreso a tu madriguera,
Pues esta noche he de cazarte,
Y te encadenaré en mi jardín a tamizar la tierra con un colador viejo,
Y cuando se te arruguen las ganas de hacer travesuras y perdón me pidas,
Te dejaré ir no sin antes cortar un mechón de tu cabello largo y desordenado,
Y así cuando necesite tu ayuda y picardía,
Pueda ordenar tu presencia inmediata a mis pies,
Ay pequeño travieso,
Ay pequeño embustero,
Si vuelves a entrar a mi casa sin permiso,
Te encerraré en una jaula de hierro fundido
Y te rociaré con salvia de trébol añejado en agua de mar,
Si vuelves a entrar a mi casa sin permiso,
Te haré mi hermano de fechorías en la noche del fuego y la hoguera,
Y antes de morir te volveré piedra,
Y adornarás mi jardín eternamente.

jueves, 8 de agosto de 2019

Shaman

Te he sentido entrar en mis tierras,
Con tus pasos sigilosos como los del lobo,
Con la cadencia de un águila en vuelo,
Te he visto acariciar los árboles sintiendo su pulso,
Y te he oído murmurar a la tierra,
Bendiciéndola y dándole gracias por el fruto de su vientre,
Te he visto bañarte en el río,
Con el agua cayendo cadenciosamente sobre tu piel
Desnuda y blanca como el mismo invierno,
Y vestirte con pieles de oso,
De un negro majestuoso como la noche de los muertos,
Sin luna, sin estrellas,
Te he visto fumar invocar a los ancestros en una fogata,
Y fumar cerca de ella,
Dibujando los nombres de los antiguos espíritus del bosque con el humo,
Te he visto cazar con un arco certero,
Con una honda poderosa,
Te he visto agradecer el sacrificio de la presa,
Y luego comer lentamente con reverencia santísima,
Te he visto recogiendo flores y raíces,
Te he visto pintarrajeando tu piel con carbón y arcilla roja,
Y luego acostarte en un círculo de piedras,
Protegido por los dioses ferales,
Te he visto desprenderte de tu carne y volar entre las nubes,
Buscando quien sabe qué o a quién,
Te he visto acercándote a mi cabaña,
Sigiloso, escondiéndote entre los arbustos,
Te he visto por mi ventana,
Observándome con la misma meticulosidad con que yo lo he hecho,
Dibujándome con detalle,
Te he visto y he procurado que no notes que te observaba,
Que quisiera saber tu nombre,
Qué quisiera saber de dónde viniste,
Y si esos labios tan serenos que adornan tu boca tienen dueño o dueña,
Y si te animarías a besar los míos,
Que estás secos como las coníferas de la montaña,
Quisiera saber si descansarías de tu viaje al fuego de mi chimenea,
Y si esos ojos brillantes como cuentas de aventurina me miran con el deseo
Que repta por mis manos y mis piernas,
Quisiera saber quién ha quebrado los latidos de tu corazón,
Y si dejarías que mis manos de curandera diestra,
Lo reparasen con la ternura que bulle en mi sangre como lava,
Quisiera que dejarás de espiar desde los matorrales
Y te dieses cuenta que la puerta está abierta,
Como mi curiosidad innata,
Como mis ganas de complacerte,
Oh hijo de los dioses,
Oh hacedor de tormentas,
Oh tejedor de sueños,
Si tan sólo supiese tu nombre.

Nosferatu


He sentido tu presencia a lo lejos,
El aire huele a sangre,
Y las conejas cavan cada noche más profundo
Entre las raíces del roble,
Tu sombra ha mareado a las estaciones,
Los días se han hecho más cortos,
Y el frío se ha vuelto aguijones venenosos,
¿Qué te ha traído a estas tierras lejanas?
¿Qué te ha traído a mis prados floridos?
¿Acaso huyendo de los cazadores encontraste este paramo perdido?
¿Acaso no sabes que este suelo es sacro?
Oh, criatura sombría vete de mis tierras,
Que aquí cuando cazo, bendigo el sacrificio de mi presa,
Que aquí el bosque y mi alma son uno mismo,
Vete de esta tierra que aborrece la crueldad de tu esencia,
Vete ya oh vampiro viejo, enjuto y encorvado,
Recoge tus túnicas negras y de hebras desdichadas,
Lleva tu perfume de agonía y muerte a otros lares,
Vete ya que las hojas frescas se están tiñendo con tu pestilencia,
Deja mis tierras o enfréntame,
Desafía la luz de la luna, el calor del sol y perecerás,
Desafía mis hechizos y mis dones y sufrirás,
Tu piel toda se desintegrará,
Haré que tus ojos sangren todo lo que has bebido
Vete ya antediluviano,
Ve a otras tierras a dar tu maldito abrazo a los miserables,
Vete ya, pues no tengo intención de ensuciar el prado con tus despojos,
Con la negrura hedionda de tus cenizas,
Vete ya,
¿No ves acaso que no puedes dar otro paso más?
¿No ves acaso que no puedes atravesar el circulo que rodea mi casa?
Vete ya,
Antes que los guardianes de este paramo
Acudan a mi llamado
Y tu cuerpo sea desmembrado,
Vete ya,
Y que el tiempo te dé el perdón y la segunda muerte que sé que tanto anhelas,
Oh mi pobre Nosferatu, yo te bendigo y te digo adiós,
Regresa a la tierra maldita que te engendró,
Vete ya,
Que aquí no te quiero,
Pues dueles en los ojos,
Dueles en el corazón, dueles en el alma,
Vete ya.

Ouija


Erguido yacías resistiendo el viento,
Aleteando tus ramas con cierto ritmo melódico,
Tuve que permanecer en silencio,
Para poder oír tus murmullos,
Camine descalzo para no mancillar tu terreno con mis zapatos sucios,
Y mientras los silbidos de la noche daban resonancia a tus latidos,
Llegue a los pies de tus raíces,
Oh gran Tejo,
¿Quién te ha lastimado?
¿Quién ha osado rasgar tu corteza rugosa?
Esa coraza por donde los lamentos de los muertos se escurren y purifican a su paso,
Déjame abrazarte, déjame unirme a tus pesares,
Deja que mis manos laboriosas tomen un trozo de tu cuerpo,
Y lo lleve conmigo,
Con la ternura con que se lleva a un recién nacido,
Con la suavidad con que se transporta el fruto del amor verdadero,
Déjame conservar esa parte de tu ser magnífico,
Y sobre su cara interna pintar el alfabeto,
Permíteme encontrar el consuelo perdido,
Permíteme hacer una tabla espiritual de tu carne leñosa,
Y prometo que encontraré a quien te ha lastimado,
Y castigaré su afrenta como si hubiese sido sobre mi propio cuerpo,
Déjame conservar un fragmento negruzco de tu ser tan puro,
Para invocar a quién me ya no puede hablar por sí mismo,
Y yo vengaré a quién te ha apuñalado,
Mi mano, mi mente, mi voluntad serán tuyas en esta cruzada.

miércoles, 7 de agosto de 2019

Nudo de Bruja


Uno, dos,
La cuerda has de desenredar,
Tres, cuatro,
Los nudos has de atar,
Cinco, seis,
Tu deseo has de susurrar,
Siete, ocho,
El tiempo has de capturar,
Nueve, diez,
El dios y la diosa te han de escuchar,
Por el poder de tres veces tres,
Tu corazón, tu alma y tu voluntad has de santiguar,
Los cuatro puntos cardinales se han de unificar,
Los cuatro elementos naturales se han de mimetizar,
En el círculo,
En el ojo,
En el medio,
En el centro,
En el epicentro,
La geometría sagrada,
El amuleto estará listo cuando el río haya corrido un día,
Cuando la luna se haya ocultado en el cielo,
Nada podrá tocarme,
Nada podrá lastimarme,
Ni mis pensamientos,
Ni los de los demás,
Aquí en el círculo,
Aquí atado con la pureza de mí obrar,
Soy sacro, soy bendito
Aquí atado con la fuerza de mi obrar,
Estoy a salvo, soy bendito,
Así como es arriba es abajo,
Lo bueno sea multiplicado como arena en las playas,
Y lo malo sea disipado como el polen en el viento,
Aquí en el círculo,
En el nudo,
En el medio,
En el ojo,
En el centro,
En el epicentro…
Estaré a salvo,
La maldad nunca crecerá dentro de mi alma,
Que así sea hoy, que así sea siempre…

Espejo


Yace rugoso y silente el tronco hueco del olmo,
Pero nadie lo usa como refugio, mucho menos de madriguera,
El césped achatado a su alrededor reconoce mis pisadas
Y vibra suavemente con cada uno de mis pasos…
Y en su interior de cuenco vacío,
Sólo hay agua de lluvia siempre cristalina,
Siempre lisa,
“Taispeáin cad ba mhaith le mo chroí a fheiceáil”,
“Taispeáin cad ba mhaith le mo chroí a fheiceáil”,
Debo recitar, mientras mi mano derecha dibuja un círculo en el aire,
Entonces el agua serena ondula lentamente,
Y luego burbujea como hirviendo,
Sólo debo mirar con detenimiento,
Sólo debo procurar guardar mi aliento,
Susurrar su nombre y el espejo de agua me lo mostrará,
Y acecharé sus pasos como un lobo trasparente,
Y me meteré en sus sueños como mosca etéreas por sus oídos,
Y podré ver, oír, oler y saborear sus pensamientos,
Escudriñare su alma como la tierra de una parcela en tiempo de siembra,
Y mi nombre será semillas en sus pensamientos,
Y los brotes echarán raíces tan profundas en su ser todo,
Y hasta en sueños, mi nombre será lo único que proclamen sus labios,
Será mío, como es el tiempo,
Será mío, como es mi propio destino…
Luego será él quien me busqué y yo aquí viendo su reflejo en este espejo,
Y estaré esperándolo con la frescura del viento entre mis piernas,
Con la tibieza de la primavera en mis manos,
Con la bondad de la tierra toda en mis caderas…
“Taispeáin cad ba mhaith le mo chroí a fheiceáil”,
“Taispeáin cad ba mhaith le mo chroí a fheiceáil”,
Muéstrame a quién invoco en tu limpio reflejo,
Muéstrame a quién anhelo en tu sereno reflejo,
Pues mi boca se impacienta,
Y mi cama se enfría.

Escoba


Ha llegado el otoño,
Ligero como una canción de cuna,
Acogedor como la cama de una doncella enamorada,
Y con el los colores se tornan más tenues,
Los rojos se vuelven mustios,
Los verdes se vuelven avellana tostada,
Los abedules se han tornado blancos,
Como pasmados por una imagen fantasmagórica,
Y dejan caer sus ramas viejas
Como arrugas sobre el sendero,
Es tiempo de pasear sobre el camino maltrecho,
Con mis zapatos negros
Reflejando la luz fría de la luna,
Y recoger las ramas del abedul,
Arrancarle las hojas aún enclenques,
Como se arranca la virginidad, los sueños, y la paciencia,
Con descaro, sin miramiento alguno,
Es tiempo de recoger las ramas de los abedules,
Atarlas todas con un alambre dorado y otro plateado,
Y anudarlas al extremo de una rama fuerte y encorvada
Como mi alma,
Es tiempo de acicalar los suelos de la casa,
Es tiempo de barrer siempre hacia dentro,
Y nunca de noche,
Es tiempo de acariciar el piso con las ramas secas de los abedules,
De este a oeste,
Con respeto, con paciencia, con la intención más pura,
Pensando en el amor que ha de venir pronto,
Pensando en que el invierno no me alcanzará sólo,
Y para la primera nevada,
Estaré acurrucado en mi cama,
Desvelándome en los brazos de un amante nuevo,
Y endulzando sus pensamientos con mis intenciones más sensuales,
Es tiempo de hacer una escoba nueva.

Caldero


Siempre sobre las brasas,
Teñido de negro como mi alma,
Como mis uñas largas,
Como la burda inocencia que me trajo hasta claro del bosque,
Siempre lleno como mi mente,
Siempre intenso como mis manos y mis piernas,
El símbolo de la vida, el útero materno,
Así se mece sobre las lenguas rojas, amarillas y anaranjadas de fuego,
Elevándose por encima de los trinos de cenizas
De leños secos y otros de corazón húmedo como mis lágrimas,
Allí yace el caldero hirviendo,
Con sus vapores susurrando mensajes al viento,
Advirtiendo que este es mi bosque,
Que la diosa y el dios me han bendecido,
Y esta tierra fecunda,
De árboles erectos como amantes ardorosos,
De setas, de helechos, de sauces llorones,
Me alberga con cariño,
Me da refugio y me nutre en el invierno más crudo,
El caldero yace sobre el fuego,
Y su interior siempre productivo como parcela bendita,
No como mi vientre viejo,
No como mi corazón resquebrajado,
Allí yace el caldero de hierro forjado,
Y al calor intenso se notan los golpes acertados con ahínco de martillos déspotas,
Iracundos como su desprecio, salvajes como sus mentiras,
Rompiste el corazón de una bruja,
Y en este caldero herviré el agua de la lluvia con mis penas liquidas,
Las especias indicadas y los frutos de estas montañas,
Y cuando esté lista y decantada,
La beberás de tu copa,
Y seré yo quién te diga adiós,
Seré yo quien te vea suplicar con la carita empapada,
Seré yo quien vea como se apaga tu mirada,
Seré yo quien cegará tu alma como cebada
Y la guardaré en una de mis marionetas,
Y así te quedarás conmigo para siempre,
Así estaremos juntos eternamente…así como lo prometiste.

It's time

I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...