lunes, 30 de septiembre de 2019

Decreto


Has llegado como marea serena,
A la orilla de mis temores estancados,
Y con el paso del tiempo,
Con la frescura de tus caricias,
Has hecho que mis miedos se decanten como sal añeja,
Y se precipiten al fondo del mar del caos,
Al abismo oscuro donde pertenecen y de donde no debieron ser liberados,
Llegaste a mí como una marea fresca,
Y en el agua verde y azulada de tu mirada me dejé ir por completo,
Me dejé ir sin cuestionamiento alguno,
Y en calma he flotado sobre tu pecho,
Sabiendo que el curso de la corriente lo dirigen tus manos,
Y que no hay peligro alguno en amarte por completo,
Y allí me quiero quedar,
Aun cuando el dolor me dé zarpazos desde dentro,
Aun cuando el dolor me consuma como vela encendida,
Allí me quiero quedar…
Contigo, así que no me sueltes,
Aun cuando a veces todo duela tanto,
Que mi corazón se desangre en lágrimas,
Que sólo el calor de tus dedos pueda evaporar,
No me sueltes,
No me dejes,
Sin ese mar sereno que es tu compañía,
Pues allí me quiero quedar…
Y aunque a veces mis ánimos se desintegren por estar adolorido,
Y esté tan adolorido que despotriqué deseos suicidas,
No me sueltes…
Pues a tu lado me quiero quedar,
Aunque veces el dolor me latiguee el alma
Y no desee más nada que terminar esta plácida travesía a tu lado,
Arrastrarme en dirección contraria,
Buscar un abismo y lanzarme,
Por favor, no me sueltes,
Sígueme abrazando,
Aunque a veces duela hasta el respirar y llore
Sin poder contener los caudales de agonía salada estancados en mis ojos,
Deja que mis lágrimas se suiciden al rodar por mis mejillas,
Y desliza tus dedos entre mis cabellos,
Di mi nombre con esa ternura tan genuina en tus labios hermosos,
Y la noche se quebrará como un espejo lanzado con furia…
Y poco a poco la tormenta se disipará,
Pues tu voz que ha domado mis piernas y mis caderas,
También ha logrado domar los vientos y los mares,
Cuando el dolor me amordace y me flagele…
No me sueltes,
Pues cuando el tormento zozobre,
Nuevamente naufragaré en tu piel toda, sabiéndome seguro en tus manos,
Y es allí donde me quiero quedar…
Allí es donde me voy a quedar.

Eternidad


Déjame mostrarte el horizonte,
El pedacito de cielo que he tejido para ambos,
Si me sigues, te mostraré…
Donde se encuentra tu nombre escrito en mi corazón y mi cuerpo,
Como tallado con memorias hermosas,
Con batallas que hemos vencido juntos,
Ven y toma mi mano,
Vayámonos a donde el bosque se despeja de árboles y la luna es visible,
Allí donde las penas se han vuelto estatuas de sal, las cuales golpearemos,
Y se desintegrarán y se las llevará el viento del olvido,
Ven y toma mi mano,
Caminemos juntos con los dedos enredados como el destino,
Sígueme que conozco el camino al río más fresco,
Allí nadaremos y nuestras dudas se ahogarán en la corriente certera,
En saber que somos el uno del otro,
Ven y toma mi mano,
Hazlo como lo has hecho estos diecisiete años,
Aventurémonos en la noche más negra,
Pues nada puede lastimarnos,
Mientras nos mantengamos arropados en la piel del otro,
Y la promesa que hicimos a nuestras deidades,
Ven y caminemos juntos,
Que el calor de nuestras caricias encienda el fuego del hogar eterno,
Y nos cobije con calma y sosiego ahora y siempre,
Sobre todo en los inviernos,
Sobre todo cuando los cuerpos se hagan viejos,
El café de mis cabellos se torne perla,
Y el verde de tus ojos se opaque,
Ven y caminemos juntos,
Siempre, hasta el fin de nuestros días e incluso mucho después de eso.

Caminantes


Llegas hasta mi alma como un eco estruendoso,
Pero lejos de tener miedo,
Me siento feliz de ser tuyo,
Siento que mi espíritu se hace tibio como la primavera,
Y me consumen las ganas de verte,
De tocarte, de poder en tu piel perderme,
Y las pocas penas que el mundo ha querido anclar a mi vida,
Se las lleva el mismo viento que despeina mis cabellos,
Llegas hasta mi alma como un acorde melodioso,
Un susurro inquebrantable como las montañas,
Y en tus dedos recorriendo traviesos
Mis caderas, mis piernas, mi piel toda,
Como viajeros en senderos nuevos,
Me hacen sentir vivo,
Me hacen desear respirar profundamente,
Saborear el aire húmedo de esta ciudad grisácea y mustia,
Saborear el aroma delicado de tu piel cuando estás tan cerca
Que la geografía de mi cuerpo pierde sus fronteras y se mezcla con la tuya,
Llegas hasta mi alama como la fe innata del ser humano,
Como la magia que habita en la sangre de mi bisabuela,
En la sangre que se vuelven ríos en mi cuerpo,
En la sangre que se vuelve fuego cuando me acaricias,
Y pronuncias mi nombre como una rima solitaria pero azucarada,
Llegas hasta mi alma,
Y allí te quedas…
Para que te busque hasta en mis sueños,
Y te encuentre en mis amaneceres,
Para que me pierda en esa sensación de marea domada por los dioses,
Y allí te quedas,
Haciéndome sentir que estoy vivo,
Que merezco esta dicha que casi palpo con mis dedos,
Y allí te quedas,
Haciéndome sentir que soy bendito,
Que las maravillas del mundo se reducen a un par de besos,
Una sonrisa,
Una mirada cómplice,
Un sendero que recorremos juntos.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Bien

Los rincones ensombrecido de mi alma,
Hoy se vuelven limpiados y claros,
Las flores que nunca abrieron,
Hoy se muestran orgullosas,
Soy primavera acariciada por tus cálidas manos
Y me siento tibio,
Me siento protegido,
Y a lo lejos veo los rezagos de la lluvia,
De sus gotas que caen copiosas,
Hacen charcos, ríos y se funden en océanos,
Y yo aquí acurrucado en tu pecho,
Ya he olvidado lo que significa el estar asustado,
El dormir esperando un encuentro los monstruos que vagan en el mundo,
Esos que no conocen cerraduras, al menos no las mías,
Y se alojan debajo de la cama,
Y comienzan a rasguñar las piernas y los brazos,
Luego se enroscan en los cuellos,
Y todo es desesperación y sobresalto…
Pero hoy no me importa dormir con la luz apagada,
No me importa dejar la ventana entreabierta,
No me preocupa el separarme de mi cuerpo mientras duermo,
Porque tus manos me hablan a la tierra de los vivos,
Tu suave y pausada respiración en mi nuca me da sosiego…
Hoy me aferro a la noche que antes le tenia,
Hoy abrazo la noche de quien antes huía,
Para poder navegar en el mar de los sueños hermosos,
Sobre la balsa que son tus brazos y tu pecho,
Y a la deriva me iré sin preocuparme,
Pues arribaremos en un horizonte soleado,
Uno que amanece con tus labios en los míos…
Hoy vuelvo a ser esa luz que se apago con el tiempo,
Hoy vuelvo a ser yo mismo,
Alocado, risueño, cariñoso,
Un verso que el viento repite,
Un canto que se entona con tu piel desnuda,
Hoy vuelvo a ser yo mismo,
Y soy dichoso,
Porque estamos juntos,
Porque me haces tanto bien…
Oh, si… me haces tanto bien.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Enraizados


Hoy el silencio se encoge como tubérculo exhausto
Regresa a su letargo y deja que las flores revienten la piel verdosa de la tierra,
Hoy la tierra se refresca con la lluvia,
Mañana los árboles alabaran al sol en el centro del cielo,
Sus rayos caerán como bendiciones tibias sobre las hojas,
Ha llegado la primavera…
Perséfone por fin ha regresado,
Los capullos tiernos se dignan a abrirse sin recato,
El invierno cabizbajo regresa a su cueva silenciosa
La tierra se mueve  imperceptible para los hombres,
Sus frutos en vaya son como un rosario de bendiciones,
La tranquilidad tirita con el compás de melodías alegres,
Los huevos se agrieta y la vida inicia nuevamente,
Quédate en silencio, oye como los brotes del pastizal
Crujen bajo la estampida de hormigas,
Quédate en silencio,
Siente como el viento silba alegre y sereno,
Como un latido sincopado,
Quédate en silencio que aún no debemos levantarnos,
Abrázame, acurrúcate a mi lado,
Como si hiciese frío,
Como si un desastre fuese a suceder en cualquier momento,
Sólo quedémonos quietos y juntos,
Deja que tus dedos rueden sobre mi piel como mariposas,
Deja que los míos rueden como hojas meciéndose de lado a lado,
Mírame, ve como se dibuja lo que más amo en mis pupilas,
Deja que mi rostro se refleje en tus ojos,
Di mi nombre como un hechizo inquebrantable,
Oye el tuyo, susurrado como un rezo ferviente,
Quedémonos en cama un rato más,
Acurrucados como el tiempo y el espacio,
Que nada más importe que el hecho de estar juntos,
Como nuestro primer amanecer hace diecisiete años,
Quedémonos quietos,
Veamos como el cielo se aclara,
Como las sombras se tuercen camino a casa,
El invierno ha acabado,
Es tiempo de flores, de renacimiento para el mundo,
Es tiempo de celebrar que el destino nos unió
Y nos permitió enraizarnos en el mismo prado.

Latir


Y llevo tus caricias como estrofas de una canción suave
Un silbido que me estremece,
Que hace que mis piernas quieran enredarse en las tuyas,
Como la vid fecunda y arrebatada,
Sigue pintando mis amaneceres con tus labios,
Con el color de tus besos,
Sigue acariciando mi cabello,
Que se desenreden mis pensamientos en tus miradas,
Pues al caer la noche no importa el dolor, ni la guerra en el mundo,
Sólo importa el hecho de estar en tus brazos,
Pendiendo en el limbo que raspa el cielo,
Que toca la muerte con cierto ahínco
Y luego regreso a este mundo,
Sin siquiera soltarme de tus manos, de tus labios,
Sigamos viviendo este sueño,
Este que nos alimenta,
Este que nos nutre como la madre tierra,
Que nos hace fuertes, que nos hace eternos,
Te amo, es tan fácil notarlo,
Como se nota el sol en el firmamento,
Como se nota la luna tomando posesión de la noche,
Como se nota la vida en todo lo que hay en el mundo,
Sigue a mi lado,
Camina conmigo,
Déjame mostrarte que la felicidad tiene mi nombre y tu apellido,
Déjame mostrarte el pedacito de cielo que pueden moldear mis manos,
Camina conmigo,
Sigue a mi lado,
Late junto a mí,
Y la pena nunca podrá saciar hambre aquí…
Sigue a mi lado,
Y te enseñaré los matices más hermosos del cielo,
Y en mi corazón te edificaré un reino eterno.
Late junto a mí…
Y la pena nunca podrá saciar hambre aquí.
Sigue a mi lado,
Y juntos nos abriremos camino como estrella fugaz en el firmamento,
Ahora y siempre…y por siempre…amén.

Dicha


Notas de sueños dulces están disueltas en el viento,
Todo está tan tranquilo como mi pecho,
Sereno como mi lecho tibio,
La pena y la soledad son sólo ecos lejanos,
De días que han quedado en el olvido,
Hoy me arrullo con tu voz hasta quedar dormido,
Me enjugo en tu piel como lluvia que cae sobre el prado tierno,
Hoy la felicidad embadurna mis piernas,
Cual miel de tus besos todos,
Hoy la primavera coloniza mi espalda
Como hormigas caminando presurosas al alba,
Hoy me reconozco como tu nación y tu credo,
El suelo arado con tus manos sobre mis caderas inquietas,
Si este es un hechizo,
No quiero que nadie me libere,
Si este es un sueño,
Que nadie me despierte…
Pues quiero seguir así quieto, muy quieto,
Acurrucado como frente a una chimenea,
Vistiendo tu nombre sobre mi piel limpia y perfumada,
De tu mano quiero desenredar la madeja del destino,
Y hacer nuestro propio camino,
Pero siempre juntos, juntos los dos,
Como el viento y las olas,
Como el sol y el verano,
Hoy me reconozco tuyo,
Como se reconoce la fragilidad del ser humano,
Como se admite la efímera existencia de nuestra vida,
Y aun cuando esta vida sea sólo un segundo en el cosmos,
Será nuestro segundo,
Nuestra historia,
Nuestra vida…
Sí, solos tú y yo,
Mortales pero dichosos,
Mortales pero felices.

domingo, 22 de septiembre de 2019

Constancia


El amanecer se filtra cauteloso entre las ramas de los árboles,
Se acerca temeroso de mis fluctuantes ánimos,
De esa volatilidad innata en mi alma,
De esos acordes vaporosos que lo consumen todo algunos días,
El sol se desliza cauteloso entre las nubes,
Y así agazapado se queda en el firmamento,
El gris de esta ciudad se vuele un poco más brillante,
Y camino cerrando los ojos de rato en rato,
Concentrándome en los murmullos del viento
Esos que tienen notas de ruiseñores y violetas,
Camino cerrando los ojos de rato en rato,
Concentrándome en la fresca caricia de la neblina,
Que gira, danza, y hace piruetas,
El amanecer de otro día es el inició de miles de posibilidades nuevas,
Una garantía de que la vida aún me recorre todo el cuerpo,
Como hormigas que nunca se detienen aun cuando a veces avancen lentas,
Un nuevo día ha llegado,
Y con él la posibilidad de sonreír por cosas tontas,
De caminar descalzo,
De perder la noción del tiempo viendo como el viento arrulla las plantas
Y los matices de las flores exceden las posibilidades de mis rimas,
Dándome ánimo para seguir escribiendo,
Respirando, caminando…aun cuando lo haga con calma,
Otro día ha llegado para este mundo,
Otro día ha llegado para abrazar a los que amo,
Otro día ha llegado para darme cuenta que aunque estoy adolorido no estoy vencido,
Que si puedo levantarme de la cama y dar un paso y luego otro,
Aunque las piernas se sientan rasgadas desde dentro,
Y los brazos se sientan masticados por invisibles diablillos,
Entonces todo estará bien…todo pasará,
Quizás no hoy, quizás mañana, pero pasará,
Así que no perderé esta sonrisa donde se balancean las cosas que me hacen dichoso,
Todas las personas que me hacen sentir bendito,
Y aunque todo duela y parezca que se mi cuerpo se quiebra por dentro,
Yo seguiré caminando,
Seguiré sonriendo,
Seguiré disfrutando de cada día como si fuese el último.

Yo


La nada se columpia en el firmamento,
Mi ser parece tan lúgubre,
Pero no es así,
Si cierro mis ojos,
Si escucho esa melodía
Suave y pausada
Ese suave arrullo de mis latidos,
Me doy cuenta que dentro de mi hay una suave lluvia,
Una que cae siempre y galopa sobre las hojas caídas de mis penas,
Hacinadas en el fondo de mis recuerdos,
Mi ser parece tan lúgubre,
Pero no es así,
Hay luciérnagas danzando,
Y si miro a la derecha, izquierda, arriba o abajo,
Ellas estás revoloteando,
Si las tomo entre mis manos,
Se vuelven un fuego pequeño y de un zumbido agradable,
Hay música en mi centro más íntimo,
Esta esa calma obstinada que precede a un amanecer hermoso,
Puedo parecer triste y desmoronado,
Pero no es así,
Quizás esté un poco adolorido,
Quizás la piel me arda con la caricia del viento,
Pero por dentro sigo siendo ese silbido alegre
Que solo se escucha cuando la tierra está húmeda y todo florece,
Quizás mis ojos se hayan vuelto vertientes caudalosas
Que llegan al mar de la nostalgia,
Dónde se añora la fuerza de antaño,
Las caminatas liberadoras bajo la luna pálida,
La agilidad de mis rimas,
Si, extraño algunas cosas,
Pero aún sigo siendo yo mismo,
Aún sigo siendo pétalo de lirio que mustio y marchito cae meneándose,
Cae riéndose,
Cae sabiendo que vivió plenamente,
Puede que parezca que he envejecido
Que anhelo la paz eterna del olvido,
El abrazo eterno y vigoroso de la muerte…
Pero no es así,
Sigo siendo aquel que vive mirando de frente,
Cantando desentonado en la ducha,
Caminando sin pisar las lías de la acera,
Mirando como penden de un hilo los capullos de mariposas
Enclenques y aún así renuentes a caerse y ser aplastados
Aún sigo siendo yo,
Un poco más embebido en opio,
Un poco más torpe y hasta lento,
Pero sigo vivo y sonriendo.

jueves, 12 de septiembre de 2019

Mañana


Hoy el cielo está negro,
Como olla dejada al abandono sobre el fuego,
La noche está ennegrecida,
Con las cenizas de súplicas que se han quemado en el olvido,
Antes de que los dioses las hayan oído,
Todo está sombrío,
Como la piel del lobo agazapándose detrás de los matorrales altos,
Todo está borroso,
Como los recuerdos dulces de mi alma, hoy manchada en pecado,
Y sí, estoy triste, y me siento solo,
Caído como las hojas secas asesinadas por el otoño,
Quebrado por los pasos presurosos de transeúntes distraídos,
Esos que miran sin observar con detenimiento,
Esos que respiran sin saborear el aroma fresco del viento,
Esos que caminan sin darse cuentan de los desfiles de hormigas,
O las pequeñas ondas susurrantes de gotas de lluvia
Cayendo sobre charcos amorfos tallados por el tiempo
Entre la vereda y la carretera empedrada,
Hoy mi mirada tiene ese tono oscuro y lánguido,
Como una tonada incompleta,
Que se desliza lentamente en el limbo,
Quizás a reunirse con las sonrisas que he fingido,
Quizás a hacer una ronda con los sueños que enterrado,
Hoy el cielo está negro,
Chamuscado como mis ánimos,
Sí, estoy triste, estoy cansado, estoy mareado, estoy adolorido,
Mis músculos se retuercen como mis propios pensamientos,
Cuesta respirar aún con paciencia extrema,
La piel toda se siente como restregada con vidrio roto,
Y no sabes las ganas que tengo de besarte,
Las ansias sofocantes que tengo de abrazarte,
Pero hasta ese pensamiento duele,
Sí, otra vez estoy acurrucado tratando de mimetizarme en el silencio,
Procurando que la noche engulla el dolor que me aqueja,
Y al llegar la mañana,
Pueda estirarme como una rama fresca,
Como una flor nueva,
Y deje atrás este día ahumado,
Esta sinfonía de calambres y espasmos,
Esta maldita crisis de dolor que me consume como si estuviese nadando en ácido,
Hoy el cielo está negro y chamuscado
Pero mañana será otro día y todo estará más claro,
Más mis versos serán más serenos,
Mañana mis labios lograrán perderse en los tuyos.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Siempre


Llegaste inesperado como la primavera en Lima,
Y te acurrucaste a mi lado como un polluelo en un nido
Mullido, acogedor y tibio,
Y allí hemos visto miles de amaneceres suceder a miles de noches,
Como cuentas de un japa mala de cuarzo rosa,
Tus dedos entres los míos,
Tus labios dibujando los míos,
Nuestros caminos entrelazados, como tus cabellos ensortijados,
Un día llegaste a mi vida,
Como llega el viento sobre la orilla de la playa,
Fresco, sincero y aterciopelado,
Y te filtraste en mis versos como como la vida se filtra desde las raíces a las hojas,
De los anturios y ciclámenes,
Llegaste inesperado como la primavera en Lima,
Y desde entonces sonrío serenamente,
Como el pasto cuando el sol lo acaricia,
Sí, soy feliz a tu lado,
Me haces tanto bien como los opioides sintéticos o el chocolate orgánico,
Sí, soy feliz a tu lado,
Me haces tanto bien como los antiepilépticos o el té de manzanilla y lavanda,
Un día llegaste a mi vida,
Y quiero compartir lo que me queda de ella, contigo, sólo contigo…
Sí, te amo…supongo que puedes descifrarlo tan sólo con mirarme,
Sí, mírame, tócame, bésame…soy tuyo,
Hoy y siempre.

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Gracias


Cuando los días se vuelven grises como un invierno tupido,
Y mi alegría se arruga como una uva envejecida,
Y me acurruco como una oruga en mi cama,
Retorciéndome como una rima embriagada en dolor,
Deslizas tus dedos entre mis cabellos,
Y me miras con esa ternura verdosa de tus ojos,
Y sé que la mañana vendrá a mi nuevamente,
Lenta, y quizás acongojada, pero llegará…
Y mis labios volverán a doblarse como hoja y sonreiré,
Podré levantarme y sentir el viento sobre mi rostro,
Siempre a tu lado, siempre de tu mano,
Recorriendo este sendero ligero de aquí al infinito,
Cuando todo parece desmoronarse,
Y mi mundo se siente engullido por la desesperanza,
Allí estás tú, diciéndome miles de palabras con solo tu mirada,
Dándome la fuerza que se me escurre por las piernas,
Como la fe de un credo antiguo,
Cuando los días duelen como latigazos sobre todo mi cuerpo,
Y mi boca ya no puede fingir una sonrisa,
Dices mi nombre muy suave,
Y entonces sé que estaré bien, que esto pasará,
Que mañana, o quizás pasado, podré volver a abrazarte,
Podré volver a perderme en tus labios,
Podré volver a acurrucarme a tu lado,
Podremos calentarnos con el delicado calor de las velas,
Y respirar el polen dulce de las azaleas…
Cuando mis días se desintegran como un rosario envejecido,
Y mi cuerpo se siente viejo, cansado y obsoleto,
Cuando mis días me son arrebatados por la fibromialgia,
Y siento que no doy más,
Allí estás tú para darme ánimos…
Y por eso, gracias…gracias.

It's time

I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...