Me siento pleno como el mismo océano,
Con sueños que se han vuelto partículas y flotan en mi todo,
Con esa calma fría que ondula en mis venas,
Con una serenidad salada que me preserva a salvo de las pesadillas,
Sí, he cambiado,
He madurado,
Me he transformado de a pocos como el mundo,
Corriendo tras los cabellos rubios del sol,
Me he adaptado a los incomodos silencios,
Surfeando sobre los tenues brillos de la luna,
Y me he zambullido en mis propios pensamientos,
Sin un tanque de oxígeno,
Ahogándome en ese estanque de ideas revueltas,
De dudas existenciales,
Y al tocar el fondo de esa poza que llamo alma,
Por fin me he encontrado,
Como se encuentra el tono correcto en una caja llena de colores,
Como se encuentra un trébol de cuatro hojas en una ciudad tapizada de
asfalto,
Me he encontrado y me he abrazado,
Me he dado aire y una razón para seguir adelante,
Para salir nadando decidido como los delfines,
Cantando como las ballenas…
Y ahora heme aquí vistiendo nada más que una sonrisa,
Sintiéndome valioso,
Sintiéndome hermoso,
Listo para ser acariciado,
Listo para amar sin temor a ser lastimado…
Hoy me siento fresco y misterioso como el mismo océano,
Esperando a que tus labios descifren mis secretos,
Esperando a susurras otros más con mis dedos arañando tu espalda,
Y recitando versos con mis tobillos sobre tus hombros…
Hoy estoy aquí limpio y fresco,
Seguro de mí mismo,
Un año más sabio,
Un poco menos perdido…
Ven, nademos juntos,
Ven, mezclémonos como la sal y el agua.