Quisiera castrar mis
rimas,
Arrancarlas como hierba
mala,
Desollar la fantasía
que crece en mis pensamientos,
Como si fuese un
animal muerto,
Y al cual usaré de
alfombra…
Quisiera enterrar
estas ganas de verte,
Estas ansias de
tocarte, de sentirte,
Quisiera poder dejar
de amarte,
Entretener al tiempo
con mis piernas,
Con la misma facilidad
que te entretuvieron estos años,
Quisiera acariciar la
locura como sin temor a ser devorado,
Como si estuviese
acariciando a un lobo con el estómago lleno,
Descansando plácido,
esperando digerir lo que guarda en sus entrañas,
Para hacer suficiente
espacio y engullirme de un solo bocado,
Quisiera danzar al
ritmo de las voces en mi cabeza,
Sin temor a olvidar
como suena la tuya en rodando sobre mi nuca,
Quisiera poder
recordar como era mi piel antes de tus manos,
Como se sentía mi vida
antes de tus besos, de tus miradas,
Quisiera recordar cómo
latía mi pecho
Antes de obligarlo a
sincronizarse a la marcha del tuyo,
Quisiera poder
recordar como era yo antes de encontrarnos,
Para poder seguir
respirando, aunque sea mediocremente,
Ahora que no está más
a mi lado,
Ahora que lo único que
me queda de ti son tus cenizas,
Mis tristes recuerdos,
y tu nombre que se oye como un ruego.