No,
No espero nada de ti,
De esta ciudad que lo mastica a uno y luego lo escupe,
Ni mucho menos de esta
gente que me juzga sin conocerme,
No espero nada del día
que se me escapa como la vida misma
No espero ni siquiera
poder soñar plácidamente esta noche,
No espero poder
conciliar fácilmente el sueño,
No espero que te
quedes por culpa o por costumbre,
No espero que me
acaricies con esa ternura que pareces haber perdido,
No espero nada, así
que tranquilo, vete…
Y sí, estoy seguro de
lo que digo,
No importa, aun me
tengo a mí,
Y eso no me lo
quitarás ni tú, ni ellos, ni esta ciudad caótica,
Nadie me quitará mi
sonrisa, mis sueños en episodios,
Mis versos más
eróticos,
Nada, ni nadie me
quitará esa melodía que guía mi paso cada mañana,
Ni las voces en mi
cabeza,
Esas que hilan
historias geniales en cuestión de segundos,
No espero que me
entiendas,
No espero que siquiera
pretendas que te importa,
Que te importo, en
serio está bien,
Puedes irte cuando
gustes, yo seguiré respirando la humedad del aire,
Seguiré floreciendo
cuando llegue la primavera,
Yo seguiré llorando
cuando así lo desee, sin razón aparente,
Y luego sonreiré como
si pudiese crear arco iris con sólo desearlo,
Con solo tronar mis
dedos, haré brillar como con escarcha la misma noche,
Yo seguiré siendo yo,
Y tú, tu jamás
volverás a ser tú,
Te acordarás de mí
cuando comiencen a caer las hojas de los árboles,
Y alguien las pisotee
con ahínco,
Sólo por irrumpir el
silencio de la calle con un crujir delicioso,
Te acordarás de mí cuando
huelas vainilla o naranja,
Te acordarás de mi
cuando enciendas una vela
Y esta baile como
siendo soplada con recato,
Te acordarás de mi
cuando el viento se arremoline entre tus cabellos
Como lo hacían mis
dedos,
Te acordarás de mí
cuando te olvides de las cosas y no haya quien te las recuerde,
Te acordarás de mí
cuando quieras que alguien termine tus frases,
Te acordarás de mí y
cuando eso suceda,
Ruega porque yo me
acuerde de ti.
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