Y aquí en este rincón silencioso de mi casa,
Los muebles parecen amotinarse y girar
vertiginosamente,
Y luego cesar sin disimulo, haciéndome dudar de
la solidez del suelo,
Me aferro a mis propias rodillas,
Y mi boca parece un desierto…
No hay versos, no hay rimas salpicadas, ni
siquiera palabras medianamente dulces,
Trato de mantener la quietud de mis músculos,
Pero todo es en vano…eta sensación de temblor
hormiguea por todo mi cuerpo,
Parezco una hoja aferrándose al tronco que le
da sustento,
En una noche negra y fiera como lobo sediento
de sangre,
Cierro los ojos, trato de recordar a los amigos,
Pero sus caras son solo borrosas figuras
antropomorfas y risas malévolas,
Mi corazón parece un tambor marcando el paso estruendoso
de una tormenta,
Suelto mis piernas que se tambalean con ahínco,
Y me abrazo a mí mismo, en ausencia de
esperanza mi respiración se vuelve un susurro lejano,
Todo duele, todo se siente frío y caliente,
Mis pulmones parecen relajarse al punto del
desgano y el abandono,
Me cuesta respirar, me siento ahogarme con mi
propia saliva,
Quiero vomitar lo poco que he comido y este
vacío que se siente en las entrañas,
Mis ojos se vuelven una represa agrietada y
empiezo a llorar sin control alguno,
Me siento leve y tenue, al punto de no saber si
aún sigo con vida,
Y de pronto esa sensación de cuchillas cortándome
los nervios con movimientos temblorosos,
Me traen de vuelta a la mediocre realidad en la
que me encuentro,
Estoy sólo, me siento sólo, los amigos son solo
un vago recuerdo en mi vocabulario,
Mi nombre en la voz de los demás es un zumbido
doloroso,
Siento que nadie me quiere, me siento deformado
por la luz pálida de luna que cae sobre mi,
Me acelero como queriendo llegar a un lugar aun
más silencioso,
Pero ni siquiera puedo ponerme de pie…reniego
contra lo que soy y contra lo que he vivido,
Me siento escaso de alma…tan pesado, y hasta
hediondo como la misma muerte,
Mis amigos me hablan y sus palabras son como
zumbidos incoherentes,
Me siento como alérgico al contacto de sus
abrazos,
Lo único que quiero estar solo, enumerar las
piezas de mi alma y ponerlas juntas,
Tejer nuevas sonrisas para disimular que lo único
que anhelo es llorar hasta deshidratarme,
Lo único que deseo es morir en el mismo
silencio en que he crecido,
Y esperar que alguien extrañe al menos un poco
de mí.