A veces pierdo el control de mi
propio ser,
A veces mis palabras ruedan como
lava,
Y salpican como espadas recién pulidas,
A veces mis miradas perforan tu
ser como lanzan envenenadas,
A veces mi malhumor acierta
estocadas fatales en tu cuerpo,
Sé que a veces la histeria
derrite la sinapsis de mis neuronas,
Que a veces me enajeno como si
invadiesen mis predios,
Sé que a veces reacciono
colérico,
Como el mar resaqueado,
Tratando de eructar el plástico
con el que se le ha cebado,
A veces grito, insulto, me
desespero,
A veces soy violento…
Como un tornado sin rumbo,
Despiadado, sin consciencia, sólo
ira…
A veces la poesía toda se me
evapora por los poros,
Como si fuera un mar estancado,
Azotado por el sol caprichoso,
Tan sólo para hacerlo florecer
con saladas violetas,
Sé que a veces exagero mis
ánimos,
Mis ímpetus histéricos se
desbordan como la pobreza del África,
Y lo siento, a veces olvido
respirar,
A veces olvido que te amo,
Que me gusta rozar tu piel toda
con mi barba,
A veces olvido que me gusta
cuando ríes y la veta verdosa de tus ojos,
Se ilumina como jade bajo la luz
de la luna nueva,
A veces olvido como me gusta
sentir lo acelerado de tu corazón con mis dedos desnudos,
A veces olvido que te lastimo de
formas indescriptibles e injustas,
A veces olvido que eres quien
camina conmigo este sendero sinuoso como tus caderas,
A veces olvido todo…y simplemente
estallo,
Grito, pataleo y colérico e histérico
vocifero dagas de vidrio
Que se arremolina y cortan todo…
A veces pierdo el control de mi
propio yo…y lo siento,
En verdad lo siento, y aunque
después mis te amo pesen tanto como el viento,
Necesito decírtelo…te amo.