Esta piel se siente alienígena,
Retocada por un
artista sin nombre,
Por un deseo inhumano,
Editada por un impetuoso
sabotaje de sueños,
Estoy aquí, a mis
treinta y tres,
Más enamorado que
nunca,
Estoy aquí, a mis
treinta y tres
Y aún así no sé quién
soy,
O a dónde voy,
Soy un velero
impulsado por el viento de tu aliento,
Susurrando mi nombre
por esta nuestra casa-mundo,
Me llevas por el
sendero de tus piernas
Con tus ondulantes
dedos sobre mi espalda,
Y soy tan tuyo como es
el tiempo de los dioses,
Soy tan tuyo como la
sangre es de los hombres,
Soy tan tuyo,
Que no entiendo como
viví antes de ti,
Y si cuando ya no estés
a mi lado,
Podré ser capaz de
siquiera seguir respirando…
Te amo, me urge la
necesidad de demostrártelo,
De alabar tu piel toda
con mis caricias vueltas salmo,
Te amo y sólo espero
que mis afectos sean tan evidentes
Como los estragos del
tiempo,
Como sus cuchilladas
certeras sobre los contornos de mis ojos,
Sobre el brillo de mi
cabello…
Sobre la fértil sombra
de mi barba que se está tornando discretamente gris,
Estamos los dos en
este sendero
Respirando minutos,
expirando años,
Envejeciendo juntos…sí
juntos, y al fin y al cabo,
Eso es lo que importa…que
estemos juntos.
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