viernes, 27 de octubre de 2017

Mi abuela

Que extraño es verte y no reconocerte,
Tus ojos se sienten vacíos como los salares de Uyuni,
Y yo, de pie frente a ti,
Tomando tu mano sin fuerza,
Arrugada y cansada, pero aun tibia,
Que extraño es verte tan quieta y en silencio,
Con fuerza suficiente como para balbucear mi nombre,
Y un quejido de dolor que me desgarra las entrañas,
Que extraño es verte y no reconocerte,
El sentir que mis palabras se traban en mi garganta,
Sentir que el mismo aire que da vida al mundo,
Me agrieta el corazón con cada uno de tus suspiros entrecortados,
Que extraño es verte y no escucharte,
El sentir tu tibia frente garabateada por arrugas que cuentan mil historias,
Y tus cabellos cortos y cenizos,
Que extraño es verte en esa cama fría y extraña,
Y no en la cocina horneando, guisando, salteando, simplemente siendo tú misma,
Que duro es ver cómo el tiempo golpea sin piedad alguna,
Y que la salud mengua como la misma luna,
Y reconocerse inútil, mucho más que de costumbre,
Sin poder calmar tu dolor, tu pena,
Sin poder hacer más nada que acariciar tu mejilla,
Y contener las cascadas en que se pueden convertir mis ojos,
Que duro fue verte y no reconocer a la mujer que siempre llamé Mi Abuela.

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I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...