Y me besas y mi cordura cae como
piezas de domino
-reacción en cadena-
Y me besas y mis ideas se
destiñen como remojadas en cloro,
Entonces sólo pienso en ti,
Y me besas y mi mundo se detiene,
Como un respiro ahogado en el
diafragma,
Sin miedo, sin duda alguna,
Y me besas y tiemblo,
Con esta inquietud burbujeante
como champagne recién descorchado,
Y tengo ganas de más, ganas de
ti, de esa tibieza epitelial tan tuya,
De esas palabras que ruedan sobre
i como pétalos de rosa recién deshojada,
Y me besas y vuelvo a este mundo,
Pero sin dolor alguno,
Sin penas, sin sentirme atrapado
en un cascarón vació y ajustado,
Y me besas y me siento suave y
flexible,
Como el viento rodando sobre las
olas,
Como el vaivén mismo del mar
infinito,
Y me besas y vuelvo a ser quien
era,
Una sonrisa reposando en una
pradera de emociones serenas,
Y me besas y entonces vuelvo a
ser feliz,
Feliz como antaño, feliz como con
nadie más a mi lado,
Y me besas, y se rompe el hechizo
que entumece mis huesos,
Que roe mis huesos como ratón
hambriento comiendo lo primero que encuentra,
Y me besas y vuelvo hermoso como
un poema de Alfonsina,
Escrito con tus dedos traviesos,
Tus piernas inquietas
Y tus miradas bienhechoras,
Y me besas y me acurruco en tu
pecho,
Y entonces todo tiene sentido,
Como un rompecabezas completo,
Así que no dejes de hacerlo,
nunca…nunca…nunca