Y los minutos se convirtieron en días,
Los días en semanas, estas en meses,
Y pronto los años se habían hecho pesados sobre la espalda,
Como una tonelada de nieve cayendo sin piedad,
Y el cabello se torno gris,
Las esperanzas líquidas en los ojos
Los escuetos sollozos densos llantos,
El dolor se hizo sólido como un cuchillo abriéndose camino
En la carne suave,
Cortando los ligamentos,
Una y otra vez, y otra vez más
Hasta que el agua se evapora toda,
Y la sal curtió el cuerpo desde dentro
La sonrisa fingida,
La mirada deformada
Ni un ápice de vida, pero tampoco resentimiento,
Solo ausencia,
Solo un lamento que silbaba en mis oídos
Una urgencia de desvanecerse como la misma niebla,
Andan mis pies sobre la tierra,
Uno tras otro, y se repite el ciclo,
Con una demencia dolorosa
El polvo ni siquiera se agita
Sino que ignora su andar melancólico,
No hay un horizonte…
Solo una noche eterna que mordisquea
Como pirañas etérea,
Que succiona minúsculas porciones de vida
Como mosquitos inquietos
Pero no lo suficiente,
Nunca es suficiente....
El lago enfrente de la casa
Susurra mi nombre,
La ventana más alta reclama mi presencia,
Las pastillas en la botella refunfuñan y desean ser tragadad,
Como las mentiras de antaño
Como los insultos de tiempos lejanos,
Como la autoestima marchita como espinaca recocida,
¿Cuando podré decir adiós?
Y si me despido ya mismo,
¿Alguien me extrañaría?
¿Siquiera notarían mi ausencia?
¿Te dolería?
Es tarde, pesan los párpados
Arden las pupilas,
La colcha suicida no se decide si caer o quedarse sobre la cama,
Otro día más,
O quizás otro día menos...
Recién rugen las tripas,
Hambre,
Sueño,
Hastío...
"Otro día más, o quizá otro día menos...". Que potente.
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita y el comentario!
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