martes, 25 de junio de 2013

Instinto

A veces me cuesta respirar en esta ciudad-pecera de humos narcóticos,
De multitudes con antifaces,
Y no encuentro refugio alguno…
Quisiera saberme acompañado en esta noche fría y lluviosa,
En esta noche que la garganta me raspa
Como quien refriega una lija de grano grueso sobre la piel insolada,
Pero no hay nadie a quien pueda confesarle los horrores de mi mente,
No hay nadie en eta travesía que yo llamo psicoanálisis,
Hasta el más osado de los psiquiatras se ha persignado al concluir las sesiones,
Y es que entrar en mi mente es como aventurarse en una casa vieja
Esa donde la pintura esta descascarada,
Y las paredes con grietas que garabatean mil historias,
Las sombras disputan protagonismo con la poca luz que se filtra,
Las telarañas se mecen como con una canción de cuna muy suave,
Y los malos recuerdos se han vuelto roedores,
Mascullando insultos que lejos de destruirme me han hecho fuerte,
Entrar a mi mente es esquivar montículos de pensamientos
Escabrosos y deformes como escombros,
Sortear suerte para que las goteras que han sido las veces que he llorado por la vida
Que he vivido no llegue a mojarte,
Pues por la carga ácida de amargura podría perforar la piel de quien funja de turista
En ese paraje hostil que ha acumulado recuas de desavenencias,
Entrar a mi mente es como fisgonear por entre las ventanas de una casa
Azotada por los vientos cargados de ese olor característico a  muerte
Ese hedor que todo lo penetra salvajemente,
Como amante egoísta y alcoholizado…
A veces me da miedo a mi mismo entrar a husmear en esa casa que es mi mente,
Caminar sobre la punta de mis dedos, esperando no apoyar mi peso
Sobre algún tablón suelto que cruja y despierte,
A los que duermen allí con los ojos abiertos y humedecidos como vaginas babeantes
Me intimida su presencia fantasmagórica y sádica,
Sus andrajos mohosos y esa desdichada melodía de violines que tocan
Tan sólo para endulzarme, antes de lamerme, antes de acariciarme lascivamente,
Aun cuando me resulta repulsivo el andar entre mis recuerdos,
Es allí donde me siento más en familia,
Es allí dónde puedo ser yo: bipolar, suicida, apasionadamente devoto del ocultismo,
Un despojo humano cuya sonrisa pintada con plumón indeleble,
Puede dejar de fingir por un rato y simplemente acurrucarme en el piso
Susurrar con la voz quebrada que me estoy muriendo,
Que tengo miedo, que necesito un abrazo,
Que no soy más nada que un rosario de quejas, de versos y de parodias trágicas,
Que está esperando el momento justo para que todo se acabe,
Que se extinga como las velas alrededor de un pentágono consagrado,
Cuando el deseo ha sido formulado y se despide a los dioses conjurados…
A veces entrar a mi mente que es una casa que se cae a pedazos
Es mejor que quedarme en el ciudad-país tan llena de colmillos
En la que mi madre me entrego a la luz del día,
Y el instinto mamífero me guío hacia la oscuridad del desenfreno.

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I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...