sábado, 9 de febrero de 2019

FM

Y un día llegó sin avisar, sin razón y sin motivo alguno,
Y decidió anidar en mi cuerpo,
Como un vagabundo obstinado y con síndrome de emperador suburbano,
Y desde ese día va y viene como un amante ingrato y egocentrista,
Y se expande como un murmullo de grillos por entre mis venas,
Como un golpeteo de gotas de agua cayendo sobre un estanque,
Y en cada articulación echa raíces gruesas
De modo que si me muevo con holgura me hace sentir tu presencia,
Con un hincón como una afilada espina,
Y me posee por completo,
Me acaricia a su antojo con esa malicia que se ha vuelto parásita,
Con sus dedos invisibles y fríos como garfios afilados,
Me daña, me drena de energía,
Tensa cada músculo de mi cuerpo como cuerdas desgastadas de una guitarra,
Un acorde más, un día más, 
Un verso más y quizás colapse, quizás me rompa,
Ha venido con ese hormigueo zigzagueante que sube por mis pies y mis manos,
Y que en su recorrido se hace más intenso,
Como si tejiese un macramé con mis nervios,
Y luego los lamiese con su lengua rasposa de gato endemoniado,
Entonces me encojo, abrazo mis piernas,
Y procuro morder mis ganas de gritar, de llorar hasta quedarme seco,
Quizás así deje de venir a buscarme,
Quizás así podría dejar de sentir su aliento que todo lo rasga
Como pedacitos de vidrio frotado con ahínco sobre una herida abierta,
Y es cuando esa sensación nauseabunda de repudio por el mundo
Me envuelve como placenta chamuscada y acidificada,
Y me falta el aire, y me siento preso en mi propio cuerpo,
Es cuando quiero irme lejos,
Cuando quiero callar mis propios versos,
Cuando intento ocultarme, pero es inútil, nunca lo logro,
Siempre me alcanza,
Siempre me encuentra,
Como una fiera rabiosa de sentidos súper desarrollados,
Oliendo el miedo, sintiendo el sudor narcótico exudado con premura,
A veces lo siento llegar y quiero huir, marcharme lejos,
Quedarme tan quieto que me confunda con una de las tantas almohadas en mi cama,
Y pase de largo como la primavera en Lima,
A veces le siento llegar oh maldito emisario del dolor y el silencio,
Y quisiera lanzarme de un tejado cubierto de buganvilias,
Tan solo para no darle el gusto de que me vea agonizar bajo su yugo,
Bajo esa influencia maligna que es su existencia,
Y es que lo odio con toda la fuerza que aún me queda,
Odio lo que le ha hecho a mi cuerpo,
Odio el sentirme tan a merced suya,
Odio el que me haya escogido a mí de entre tantos en el mundo,
Odio el sentirme tan vulnerable cuando llega,
Pero odio aún más el que nadie pueda ver las huellas de su trato despiadado,
Odio el no poder mostrarle a otros como se sienten mis músculos
Como cortados y embadurnados en sal gruesa,
Como se sienten las articulaciones como taladradas y rellenadas de cemento,
Como se siente la cabeza como martillada y rociada con ardiente cera,
Como se sienten la piel como salpicada con lejía,
Como se siente el alma…como una piedra pesada,
Como con lepra, desprendiéndose a pedazos,
Como se desea la muerte aun cuando uno procure una sonrisa.

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I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...