Martin
hey, hey, Martin
(Creo
que sigo aquí)
Martin ¿Acaso no me
oyes llamarte, Martín?
(Quizás siga aquí)
Martin, sabes que
eres el único.
(Sí aún estoy aquí)
Pague los pecados
de otro con mi propia alma,
Esculpe sus culpas
con mi inocencia,
Ofrendándola sobre
su lecho sin conocimiento alguno,
Con ojos suplicantes,
Con labios cerrados
con rudeza,
Con manos amarradas
con firmeza,
Luego cuando el
espíritu yacía quebrado en una cama desordenada,
Y mis pensamientos
suplicando piedad en un rincón de mi mente,
Tiritando
ensangrentado en sabanas ásperas,
Como la arena, como
sus manos…
Ya libre de las
amarras de sus deseos,
Recogí mis ropas y
seguí con mi llanto silencioso,
Deje que el tiempo
me reconstruyese por dentro y por fuera,
Deje que los sueños
de un futuro excomulgaran los recuerdos del pasado,
Pero me perdía a mí
mismo…
Y cuando note que
era frío como el invierno,
Ya era tarde,
Y cuando note que
era voraz como el mismo tiempo,
Ya era tarde.
¿Dónde? ¿Dónde
diablos estás Martin?
¿Por qué no puedo
verlo?
Sólo quiero verlo,
¿Por qué no puedo
verlo?
Sólo quiero verlo.
¿Dónde? ¿Dónde
diablos estás Martin?
Años pase
garabateando sonrisas falsas en mis labios,
Años pase
reprimiendo mis manos de tocar a otros,
Dejando que la
soledad me lamiese con tanto o más sadismo que mi atacante,
Dejando que la piel
se volviese dura como la vida misma,
Escondiéndome en la
generosidad de mis rimas,
En la ternura de
mis fantasías,
De esos
abstracciones meditadas con los ojos abiertos,
Insertadas en mi
subconsciente como un virus beneficioso,
Años dedique a
sentirme limpio,
Rascando mi piel
hasta volverla rojiza como los pétalos de las amapolas,
Respirando
profundamente sin dejar de contar para que mi cuerpo se sede,
Como un mar cuando
el sol mira con desprecio el mar y este huye despavorido,
Años pase
reconstruyéndome como un castillo de arena,
Derrumbándome por
el soplido de recuerdos violentos,
Que se escapaban de
las prisiones de mis entrañas,
Años pase hundido
en una pena que se maquilla
Como un ojo
amoratado,
Como la honra de
una familia que se negó a creer en mis palabras,
Y en mis ropas
ensangrentadas.
¿Dónde? ¿Dónde
diablos estás Martin?
¿Por qué no puedo
verlo?
Sólo quiero verlo,
¿Por qué no puedo
verlo?
Sólo quiero verlo.
¿Dónde? ¿Dónde
diablos estás Martin?
Mi espalda se
rompió de cargar una culpa ajena,
Mi sonrisa se
deformó mutante de tanto fingirla,
Y allí en un suelo
frío,
En una cama donde
dejé que anidasen mis lágrimas,
Me quedé esperando
a quién me oyera,
A quién me abrazará
sin juzgarme, solo con ternura,
Que me pidiese
disculpas por el mal del mundo,
Y allí me quedé
esperando a sanar por completo,
A que esa culpa se
hiciese costra y se cayera,
Que mi piel renaciera
como todo en primavera,
Mis ojos no
resistieron el peso de este diluvio que concentre en mi mente,
Y lo deje fluir,
como fluye la vida misma,
Como fluye el
tiempo,
Como fluye el
perdón cuando uno llega a aceptar que el pasado es inalterable,
Que no hay quién
pueda salvarme sino yo mismo…
Desempolve mis
rodillas dobladas acalambradas de rezarle a quien no existe,
Levante la cerviz
que yacía bajo el yugo de mis lamentos,
Y decidí darme la
oportunidad de perdonarme
De perdonar las
circunstancias, de perdonar al verdugo,
Me decidí a seguir
viviendo.
Martin
¿Acaso no me oyes llamarte, Martín?
(Creo
que sigo aquí)
Mi mundo se derrumba.
No puedo verte, te necesito ahora mismo.
(Quizás siga aquí)
Martin, no sigas
huyendo!
(Sí aún estoy aquí)
No sigas huyendo,
no sigas huyendo, no,
No sigas huyendo,
no sigas huyendo, no,
¿Dónde está Martin?
Sabes que te
necesito ahora mismo,
¿Dónde está Martin?
(Sólo tenía miedo y hui)
(Aquí estoy, nunca me fui)
(Sí, sigo aquí)
Nota: Inspirado en la canción Maria de Christina Aguilera de su Album Liberation, 2018. La habia escuchado miles de veces pero recién hoy me animo a abrir mis recuerdos.