sábado, 28 de noviembre de 2020

Aire

 Los días se columpian lentamente,

Y los veo a través de mi ventana,

Sus sonrisas me lastiman como navajas,

Su serenidad pálida y escueta insulta mi existencia…

Y yo aquí, detrás del vidrio liso,

Observando como serpiente

Como revolotean los minutos como mariposas cristalinas

Mientras el aire se me cuaja en la nariz,

Espeso como la clara de huevo,

Y escurre en mi garganta sofocándome…

Y repensar acerca de mis culpas,

De mis olvidos,

De mis pecados…

Quizás merezco esa sensación sombría que me consume,

Quizás merezco estos males que me apagan como una vela

Dejada al acecho inmisericorde de una ventana abierta…

Sí, quizás merezco todo esto,

Quizás merezco ahogarme con mis propias rimas,

Que mis pulmones se resquebrajen suplicando por un poco de oxígeno…

Aquí estoy, apoyado al marco de la ventana,

Viendo como se columpian los días,

Con su alegría que me hiere…

Quizás cuando sea solo un susurro en los árboles,

Dejaré de sentir envidia de sus vaivenes despreocupados,

Y de quiénes respiran sin urgencia, sin apremio…

Quizás cuando sea solo un murmullo en el recuerdo del mundo,

Encuentre la paz por la que suplico con mis ojos encharcados

Cada mañana y cada noche.

 

Palidez

 La sabana blanca será mi cielo esta noche,

Debajo de ella he de encontrar la paz que por tanto he buscado,

Y allí donde la carne ya está fría y rígida,

Solo hay un silencio ensordecedor e intoxicante,

Quieto, pasmado…como pez arrancado del agua,

Lanzado sobre una orilla de pasto pálido lamido por el sol de verano,

Quieto, en virtud plena,

Haciéndose más frío con cada segundo,

Como el mármol donde el cincel grabará mi nombre…

Entre una sábana blanca y una reseca lengua metálica

Yace la paz que he buscado por tanto tiempo,

Es hora de nadar en corrientes invisibles,

Donde las mariposas no tienen miedo de acercarse,

Y los insectos entonan salmos

Anunciando el inicio de tan esperado momento,

Sí, gocen de mi carne,

Pues ya nadie lo hará…

La tierra ya me ha esperado suficiente,

Sé que está impaciente,

He de cerrar mis ojos,

Y cuando los vuelva a abrir sé que todo será claro,

Un campo tapizado por flores de colores,

Y ríos limpios y eternos…

He de seguir recostado bajo este blanquecino cielo que es esta sábana,

Y aunque todos mis músculos se vayan tensando,

No es miedo…

No es pena…

Sólo hay tranquilidad en mi pecho,

Sólo hay paz en mi garganta,

Y quizás un adiós y un lo siento en mi aliento.

Nubes

 Quisiera ser distante como las nubes,

Altanero pasar por el firmamento,

Ajeno al dolor,

Ajeno a la desesperanza,

Tan lleno de mi mismo,

Tan vacío del mismo mundo…

Y flotar sin rumbo fijo,

Golpear las montañas sin lastimarme,

Bajar al mar cuando este triste

Y simplemente escurrir mi alma como gotas,

Esperando volver a ser ligero y superficial y elevarme,

Por entre los cielos,

Revoloteando en mis propios pensamientos…

Reflejando la tenue luz de los atardeceres,

Adoptar la forma solicitada de quien se detenga a observarme,

Ser de aire y de agua,

Y no de carne y sangre…

Quisiera ser como esas nubes majestuosas

Que retozan lamiendo arcoíris,

Con desgano,

Con su lengua clara y pura,

Y su mirada grisácea pero esperanzadora…

Quisiera ser como las nubes

Y olvidarme de lo fatal que es esta vida,

De lo que duelen los músculos y los huesos,

Quisiera ser una nube para que nunca me faltase aire en mi núcleo,

Pero sobre todo, quisiera ser como las nubes,

Para estar cerca de quienes ya no puedo rodear con mis brazos…

Sí, quisiera ser como las nubes,

Porque todas son inmortales,

Y no conocen la palabra adiós.

Un paso más

 

En esta noche sorda,

Mis ideas brillantes solo atraen miedos,

Como polillas a la lampara encendida,

Ensordeciendo la razón con su aleteo fúnebre…

En esta noche decadente,

Mis ojos atraen la lluvia,

Como los pétalos rugosos de las amapolas…

En esta noche que me envuelve,

Como carne, como fardo, como capullo de seda,

Quisiera quedarme,

Quieto, tan quieto como la tierra seca de las tumbas viejas,

Quisiera poder prescindir del oxígeno como las rocas

Con las que tropiezan los que logran huir de este manicomio que llamo vida…

Esta noche ha venido pedante y regia,

A tomar posesión de lo que cree que es suyo…

El tiempo, mi tiempo, tu tiempo, nuestro tiempo,

El espacio,

La profundidad de mis temores,

La ligereza de mis palabras,

Este templo vacío que es mi pecho,

Y este credo impío que es tu nombre en mis labios…

La noche ha llegado,

Ojalá echase raíces y se volviese eterna,

Ojalá me engullese con sus colmillos de olvido…

Sí, estoy cansado,

Sí, estoy triste…

Y no…ya no quiero dar otro paso más.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Insomnio

La noche es solo un papel de carbón arrugado,
Descolorido en los bordes,
Con manchas blanquecinas y traslúcida,
Que llamamos estrellas, esperanza y sueños…
Reflejando esa luz percudida de la luna,
Avejentada y porosa como los huesos de los muertos que yacen en sus madrigueras
Arropados de tierra y raíces,
Césped y una que otra flor mustia pudriéndose en un florero escueto
Relleno de agua estancada y larvas de zancudo…
La noche me mira con descaro por la abertura de la cortina,
Ve como extraño la paz sobre la almohada vacía,
Mira como en silencio mis labios balbucean rimas, rezos y maldiciones,
Insomnio, 
Haciendo nido en los pliegues de las sábanas y cobijas,
Consumiendo el aire de la habitación en tinieblas, 
Mascando la poca razón que le queda a mis sesos. 


La noche se siente áspera como arena pegoteada sobre la piel húmeda,
Los rencores florecen entre mis uñas y trepan cadenciosos por mis extremidades,
Hasta que el rechinar de los dientes embebidos en cansancio,
Agrietan la serenidad de las horas muertas…
Y me dejo ir entre mis recuerdos más penosos,
Entre mis sueños más grandes,
Sabiéndome un turista repudiado,
Un extraño en mis propias vísceras y rimas…
Anhelos pegajosos de adolescente… no más,
Solo pensamientos enajenados
Los rostros familiares impresos en el reverso de mis párpados,
Unos sonrientes y otros llenos de un horror que bien podría ser vergüenza,
La noche me mira,
Me acusa entre dientes, de pecados que ni siquiera recuerdo, o que quizás no quiero, 
Insomnio…
Mi frente pesa como un costal de piedras y caracolas,
Y voces casi demoníacas susurran en mis oídos.

Inmune,
Si, resistente a los narcóticos, y a las benzodizepinas,
Regias y frívolas se han vuelto mis neuronas…
Aguerridas, como un pueblo exigiendo justicia,
Interrumpiendo el paso de la razón y de la calma,
Apedreando a la insulsa cordura que aún me gobierna…
Insomnio, 
Se siente en la piel y el musculo, 
Perforando, llegando al nervio y luego al hueso, 
Mordisqueando, royendo, engullendo y defecando ,
Bautizándome con vinagre, 
Marcándome como rebaño para ser sacrificado, 
Estoy cansado de dar vueltas en mi cama, 
Yendo y viniendo como olas en un mar infinito, 
Sin encontrar la paz de una playa, 
Sin extinguirme como la tenue luz de esta luna putesca 
Que me observa con malicia por entre las cortinas. 

Mi fuerza se me escurre por las piernas,
Como lluvia,
Llevando consigo la poca alma que queda contenida en este cuero aspero
En este cáliz sanguinolento que llamo cuerpo,
¿Qué me espera?
Sino otra mañana que se sienta como látigo sobre mi espalda,
Como castigo por crímenes que no creo haber cometido,
Y una sonrisa estirando mis mejillas,
Como acto reflejo al golpe sobre las rodillas…
Y mis miradas marrones enrojecidas, y sin disimulo,
Como ojos a los que se les ha extirpado los párpados,
Y siempre están abiertos,
Dejando que la luz se cuele hasta el alma,
Y la calcine como insectos bajo una lupa malintencionada…
Quiero dormir, quiero cerrar los ojos y abrazar el olvido…
Quiero dormir y no puedo. 

jueves, 17 de septiembre de 2020

Continuidad

Dejo aquí mis pensamientos adormilados como un prado seco,
Esperando que el sueño los arrope con la tibieza de abrazos familiares ,
Dejo que mis ojos suspiren rimas,
Como lágrimas acuñadas en nubes deformes desparramadas en el firmamento,
Un llanto que ha esperado paciente por este momento to silente,
Este instante en que la cordura se evapora de mis sienes…
Respiro profundo,
Respiro lento,
Dándole una pausa a mis latidos,
A la búsqueda exhaustiva de mi yo pasado,
De esa harapienta imagen ahora tan distante, 
Prófugo de mis miedos,
Que seguro regresará algún día, 
Cuando el mundo sea menos caótico, 
Cuando por fin mis pies den pasos firmes,
Cuando mis rodillas no crujan como ramas resecas, 
Cuando mis palabras no se tropiezan con mi lengua,
Cuando mi saliva no sepa a opioides sintéticos, 
Y mis ideas fluyan armoniosas como las notas dulces de tu voz, 
Susurrando en mi nunca, 
Prometiéndome que por cada noche de fiera tortura
Tendré una mañana aun más hermosa invadiendo asolapada el horizonte, 
Y una sonrisa tuya elevando me como si no pesara nada… 
Hasta el cielo, hasta el infinito… 
Y si es contigo, sé que así será,
Así que no sueltes mi mano, 
Sigue siendo esa primavera obstinada que destierra el otoño de mi lomo, 
Sigue siendo esa felicidad con que soñé por tantos años 
Sigue siendo mío y yo seguiré siendo tuyo. 

miércoles, 26 de agosto de 2020

Sólo un sueño.

Hoy las palabras se me cuelan entre los dedos como arena de mar,
Abro los ojos y ya no las encuentro, 
Y me quedo quieto que exaltado 
Y con un sabor saldo y frío hacinado en la garganta,
Hoy me vuelvo a despertar con un verso incompleto merodeando mis pensamientos,
Y no sé qué es,
Si es un poema ue alguien escribió,
Si es un himno que alguien proclamó,
Si es un lugar que alguien amo tanto que visitó un después de muerto, 
Un amor que viví en una vida tan distante como las estrellas, 
Quizás solo sean todas las emociones que trago día a día, 
Que vienen a mi con sus abrumadoras e incomprensible voces... 
Con ese susurro que se sobrepone como gotas de lluvia cayendo en el lomo acuoso del mar…
Otra noche más con esta sensación plena de una tonada incompleta colgándose en el viento,
De un salmo recitado quizás  en otro tiempo, en otra vida… 
¿Debería dejar que se pierda entre tus respiración y la mía? 
¿Debería dejar que desaparezca como lo hace el tiempo? 
O volver a dormir sumergiendo mi yo más ligero en los recovecos de mis ideas, 
Allí donde yacen desperdigados recuerdos de antiguos Yo, 
Como hojas secas al llegar el otoño, inertes pero reacias a extinguirse… 
¿Debería intentar perderme en las grietas de mi mente? 
O ignorar esa sensación de urgencia en el pecho, 
Como he ignorado tantas veces el llanto… 
Es tarde, o quizás sea demasiado temprano, 
Quizás deba volver a arroparme en tus brazos y pretender que duermo, 
Pretender que nadie me llama, 
Pretender que aquello fue, es y será… solo un sueño,
Sólo uno más. 

jueves, 18 de junio de 2020

Sal y Agua

Me siento pleno como el mismo océano,

Con sueños que se han vuelto partículas y flotan en mi todo,

Con esa calma fría que ondula en mis venas,

Con una serenidad salada que me preserva a salvo de las pesadillas,

Sí, he cambiado,

He madurado,

Me he transformado de a pocos como el mundo,

Corriendo tras los cabellos rubios del sol,

Me he adaptado a los incomodos silencios,

Surfeando sobre los tenues brillos de la luna,

Y me he zambullido en mis propios pensamientos,

Sin un tanque de oxígeno,

Ahogándome en ese estanque de ideas revueltas,

De dudas existenciales,

Y al tocar el fondo de esa poza que llamo alma,

Por fin me he encontrado,

Como se encuentra el tono correcto en una caja llena de colores,

Como se encuentra un trébol de cuatro hojas en una ciudad tapizada de asfalto,

Me he encontrado y me he abrazado,

Me he dado aire y una razón para seguir adelante,

Para salir nadando decidido como los delfines,

Cantando como las ballenas…

Y ahora heme aquí vistiendo nada más que una sonrisa,

Sintiéndome valioso,

Sintiéndome hermoso,

Listo para ser acariciado,

Listo para amar sin temor a ser lastimado…

Hoy me siento fresco y misterioso como el mismo océano,

Esperando a que tus labios descifren mis secretos,

Esperando a susurras otros más con mis dedos arañando tu espalda,

Y recitando versos con mis tobillos sobre tus hombros…

Hoy estoy aquí limpio y fresco,

Seguro de mí mismo,

Un año más sabio,

Un poco menos perdido…

Ven, nademos juntos,

Ven, mezclémonos como la sal y el agua.


viernes, 5 de junio de 2020

Bésame

Hoy suelto mis rimas como mis cabellos,
Que el viento haga con ellas lo que desee,
Hoy animo a las palabras acurrucadas en mis labios,
A volar hasta el infinito,
A confundirse entre las nubes,
A ser tan ligeras como mi alma,
Hoy me siento libre,
Sin culpa alguna,
Entre perfumes de orquídea,
Entre niebla que anuncia el invierno,
Me dejo ir, sin pesar alguno,
Sabiéndome amado,
Sabiéndome tan tuyo como propio,
Seguro de mi mismo,
Hoy dejo que mis ideas corran libres en los campos de mi mente,
Que levanten el polvo de los recuerdos,
Pues ya nada no duelen en el pecho,
Hoy son solo estática en mis oídos…
Hoy oigo mis latidos con tanta claridad como su voz tierna,
Y abrazo estas horas en que el dolor parece estar meditando su próxima jugada,
Hoy dejo que mis sonrisas estallen entre mis mejillas,
Y que llamen a tus labios serenos,
Con cierto urgencia…
Hoy todo fue sereno como el cielo de esta ciudad sitiada por la muerte,
Hoy el día se me escurrió de entre los dedos rasgarlos,
Hoy sonrío como lo hago de vez en cuando,
Sin recato,
Así que mírame,
Sí, mírame y luego bésame.

domingo, 3 de mayo de 2020

Ce soir


¿Qué nos une esta noche?
Si no son nuestros pensamientos,
Sino estos sueños apocalípticos,
Y este temor que repta por la piel toda,
Bajo este cielo oscuro que se quiebra y se desmorona,
Y se precipita como mantilla negra sobre la tierra que duerme tranquila,
¿Qué nos une esta noche?
La impaciencia amilanada de nuestras piernas,
Las sabanas arrugadas como la superficie del agua en los océanos,
Barrido por el silbido de los muertos,
Por sus esperanzas susurradas en burbujas,
Para que luego no quede nada,
Sino esa sensación de vacío en la mente,
Esta noche de sequedad en esta noche fría,
¿Qué nos une en esta noche?
Además de tus cabellos entre mis dedos,
Además de tus dedos acariciando mi pecho,
Avanza el tiempo,
Avanza la vida,
En esta noche,
En esta cama que se ha rendido junto a nuestros amores,
Donde las almohadas han colisionado como cometas,
Y las caderas han caído sobre el colchón como bombas a un país enemigo,
Una y otra vez, y otra vez más…
¿Qué nos une en esta noche?
Sino el encierro autoimpuesto,
Esta necesidad de huir de los mundos,
Juntos…
De alimentar la urgencia de nuestras pieles con caricias,
De atizar el fuego de nuestras entrañas con gemidos,
¿Qué nos une en esta noche?
¿La pasión que se desborda y supura por los poros?
¿El deseo que adormece los pensamientos y asesina las culpas?
¿El amor que aun después de casi dos décadas decimos tenernos?
¿La mera necesidad de contacto con la realidad transcrita en tacto?
¿Qué nos une esta noche?
Quizás el destino,
Quizás solo la costumbre,
Quizás la obstinación de una promesa,
Quizás todo, quizás nada,
Naveguemos en nuestros sueños,
Quizás si allí nos encontramos,
Por fin lo entendamos…
Qu'est-ce qui nous rapproche ce soir?
Ce soir!!!

Sonriendo

En estos destellos que se niegan a abandonar el mundo,
Me hundo,
Me rindo,
No doy más,
El cuerpo está cansado,
La vista está segada por la claridad del firmamento,
El invierno me parece tan lejano,
Inalcanzable como la cordura,
Inalcanzable como la felicidad plena,
La paz del mundo,
La saciedad del hombre,
La justicia en cada acto…
Parece tan lejano el invierno,
Pero yo no lo olvido,
Por más que mis rimas empiecen a florecer por este cariño,
Por estas manos tibias que me acarician la espalda,
Por estos labios gentiles que me besan el cuello y el pecho,
Por esas piernas sigilosas que se enredan en las mías,
Y esa voz potente que pronuncia mi nombre y un te amo,
Tejidos con la misma madeja,
Atravesando mis oídos sordos,
Atravesando el hueco de mi alma,
El vacío en este corazón que no se haya en esta soleada tarde…
En esta tarde en que sus mirada me confiscan el aliente,
En que su ser se hunde en mi océano,
Yo sigo sintiéndome hijo del invierno,
Uno que me dejado mirando la ventana con angustia,
Aguantando las sonrisas que quieren florecer en mis labios rotos…
Este verano obstinado,
Me ha hecho perder la noción del tiempo,
Ahora huelo a lirio,
A honor y bien y es tan extraño,
Pica en la piel y arde en los músculos rígidos…
¿Qué me has hecho?
¿Es acaso así como se siente ser querido?
Con esa serenidad que florece como en primavera perpetua…
En una en que a veces solo recuerdo mi nombre cuando los pronuncias,
Y sonrío…
Maldita sea, estoy sonriendo.

Nunca más


Me hundo entre los vapores de esta noche,
Me abandono como barco sin capitán…a la deriva,
Esperando que la tormenta se detenga,
Y que mi ser todo encalle en el puerto de tus piernas,
En una bahía donde el verano y la primavera rivalizan todo el año,
En donde pueda reverdecer como los pinos,
Pueda sanar como el cielo del ártico,
Me hundo entre las penas que levantan oleajes salvajes en esta noche,
Con los ojos fijos en los tuyos,
Para no ser sorprendido por sus formas maquiavélicas,
En esta noche en que tus caricias caen como lluvia enardecida,
Prometiendo ser capaz de disolver la sal con que se moldeo mi cuerpo,
Las conexiones entre nervios y culpa en mi alma,
Deja que me hunda en este tiempo que se detiene
Cuando te acercas a mi cuerpo,
Deja que me hunda en la sensación de desalojo odios acumulados,
De inseguridades guardadas con recelo,
Confisca mi razón entre tus gemidos,
Hazme prisionero en esta noche que quiero anclar en la memoria,
En este lecho que quiero volver mi residencia permanente,
Deja que me hunda como mis versos de adolescencia,
Que descanse como las cuchillas sobre muñecas que recobran la razón en un instante,
Deja que me hunda en tus gemidos,
Como tú en mis abismos...
Ahogarme en la paz que me dan tus manos,
Y luego flotaré entre estas sábanas,
Como flotan los espíritus entre este y miles de otros mundos,
Como flotan los globos con alma de helio,
Deja que me hunda en esta calidez plena que me envuelve como oruga,
Y prometo ser tuyo,
Soló tuyo…
Nunca más del miedo,
De él, nunca más.

De l'air


Solía enamorarme como la luna, de noche,
Y desencantarme como los hechizos al llegar la mañana,
Solía estar a la deriva sobre sábanas extrañas,
Como fronteras que uno perpetra sin duda alguna,
Dejando los miedos como ropa desordenada sobre el piso pulido,
Solía ser de muchos como es el viento,
Como es el polen que rueda vertiginoso y se mezcla con cualquiera,
Solía tener tantos nombres que hasta olvide el propio,
Y mis sonrisas eran más fingidas que la fe católica,
Solía masticar las fantasías de muchos,
Sorber los sesos de miles, como el mal sobre el alma del mundo,
Enjuagarme los dientes con promesas vacías,
Y escupirlas sin recato alguno,
Como un borracho violento escupiendo insultos,
Solía mirar a todos como presas,
A las cuales se les da un mordisco y luego se deja el resto a podrirse,
A lloriquear su credulidad siempre lánguida,
Solía acariciar tantas pieles como estrellas en el firmamento,
Imprimiendo deseo con la punta la punta de mis dedos,
Con la dulzura artificial de mi lengua,
Con la rudeza de mi pelvis inquebrantable como la muerte que nos llega a todos,
Solía estar vacío por dentro,
Absorber la luz del mundo en mis pensamientos negruzcos,
Traducirlos en rimas que se columpiaban entre reinos de sadismo y mentira,
Solía ser del mundo,
De quién me mirase con suficiente deseo,
Solía ser como un himno que se clama por legiones,
Con entusiasmo tieso y aguerrido en los pantalones,
Solía ser de cualquiera menos de mí mismo,
Como un poema que se hace público
Y luego quien lo escribió lo refunde en el olvide,
Solía ser del mundo,
Pero ahora soy sólo mío…
De mis versos, de mis afectos, de mis culpas que se exculpan a diario,
De mis temores que he encerrado y a los que latigueo de vez en cuando,
Con la esperanza que me dio el conocerte,
Solía ser del mundo,
De l’air,
De l’air,
Pero ahora soy sólo mío…
Y puedo entregarme sin miramientos,
A ti,
Sólo a ti…
Como la magia a quien la anhela,
Como el credo a quien lo profesa con ahínco,
Solía ser del mundo,
De l’air,
Pero ahoya soy tan mío como me permito ser tuyo,
Y así quiero quedarme.

Vuelo


Pequeño jilguero perdido en la tormenta,
Pequeño cuajo de humanidad que queda en el piso,
Con la ropa rasgada,
Con los sueños brotando húmedos por los ojos,
Con el cuerpo dañado rocas machacadas con odio…
Demasiado vacío para los nueve,
Demasiado usado para los nueve,
Hurgado como un pastel al que le han pasado la lengua sin recato,
Como este firmamento propenso a la tristeza,
Como estos puentes que invitan a los suicidas,
Pequeña ave que huye en plena tormenta,
Borracha de culpa,
Ensangrentada como la tierra después de la guerra,
Buscando una isla tranquila,
Donde la soledad lama la tierra,
Como tierra salada,
Donde curar sus heridas abiertas,
Donde esconder culpas de otros que ahora hace suyas,
Pequeño jilguero que vuela en el mar de incertidumbre,
Sobre cuchillos que flotan sobre las olas,
Apuntando a sus alas, a su cuello,
Con esa seducción que resulta difícil de ignorar,
Pues se ve tan dulce,
Pequeña ave herida que vuela con los ojos cerrados,
Aleteando hasta fatigarse,
Y esperando caer sobre rocas enhiestas,
Y romper lo poco que ya le queda,
Y darse finalmente a este destino,
A ese olvido que grita su nombre,
A beber sin cesar,
Agua de flores de azahar…
Pequeño jilguero vuela aun estando asustado,
Sigue aleteando aun cuando está cansado,
Demasiado vacío para los nueve,
Demasiado usado para los nueve,
Esperando impactarse con las paredes invisibles de la muerte,
Y por fin rodar como su inocencia acribillada,
Sobre la pintura desgastada del olvido…
Pequeña ave rota por dentro,
Esperando el fin de su viaje,
A beber sin cesar,
Agua de flores de azahar…
Para calmar su corazón en añicos,
Para darle paz a su alma maniatada, amordazada, y mutilada,
Pequeño jilguero que sigue su camino,
Espero encuentres las paz que buscas,
Espero encuentres la paz que necesitas.

Martin


Martin hey, hey, Martin
                                                                                  (Creo que sigo aquí)
Martin ¿Acaso no me oyes llamarte, Martín?
(Quizás siga aquí)
Martin, sabes que eres el único.
(Sí aún estoy aquí)


Pague los pecados de otro con mi propia alma,
Esculpe sus culpas con mi inocencia,
Ofrendándola sobre su lecho sin conocimiento alguno,
Con ojos suplicantes,
Con labios cerrados con rudeza,
Con manos amarradas con firmeza,
Luego cuando el espíritu yacía quebrado en una cama desordenada,
Y mis pensamientos suplicando piedad en un rincón de mi mente,
Tiritando ensangrentado en sabanas ásperas,
Como la arena, como sus manos…
Ya libre de las amarras de sus deseos,
Recogí mis ropas y seguí con mi llanto silencioso,
Deje que el tiempo me reconstruyese por dentro y por fuera,
Deje que los sueños de un futuro excomulgaran los recuerdos del pasado,
Pero me perdía a mí mismo…
Y cuando note que era frío como el invierno,
Ya era tarde,
Y cuando note que era voraz como el mismo tiempo,
Ya era tarde.

¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo,
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo.
¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?

Años pase garabateando sonrisas falsas en mis labios,
Años pase reprimiendo mis manos de tocar a otros,
Dejando que la soledad me lamiese con tanto o más sadismo que mi atacante,
Dejando que la piel se volviese dura como la vida misma,
Escondiéndome en la generosidad de mis rimas,
En la ternura de mis fantasías,
De esos abstracciones meditadas con los ojos abiertos,
Insertadas en mi subconsciente como un virus beneficioso,
Años dedique a sentirme limpio,
Rascando mi piel hasta volverla rojiza como los pétalos de las amapolas,
Respirando profundamente sin dejar de contar para que mi cuerpo se sede,
Como un mar cuando el sol mira con desprecio el mar y este huye despavorido,
Años pase reconstruyéndome como un castillo de arena,
Derrumbándome por el soplido de recuerdos violentos,
Que se escapaban de las prisiones de mis entrañas,
Años pase hundido en una pena que se maquilla
Como un ojo amoratado,
Como la honra de una familia que se negó a creer en mis palabras,
Y en mis ropas ensangrentadas.

¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo,
¿Por qué no puedo verlo?
Sólo quiero verlo.
¿Dónde? ¿Dónde diablos estás Martin?

Mi espalda se rompió de cargar una culpa ajena,
Mi sonrisa se deformó mutante de tanto fingirla,
Y allí en un suelo frío,
En una cama donde dejé que anidasen mis lágrimas,
Me quedé esperando a quién me oyera,
A quién me abrazará sin juzgarme, solo con ternura,
Que me pidiese disculpas por el mal del mundo,
Y allí me quedé esperando a sanar por completo,
A que esa culpa se hiciese costra y se cayera,
Que mi piel renaciera como todo en primavera,
Mis ojos no resistieron el peso de este diluvio que concentre en mi mente,
Y lo deje fluir, como fluye la vida misma,
Como fluye el tiempo,
Como fluye el perdón cuando uno llega a aceptar que el pasado es inalterable,
Que no hay quién pueda salvarme sino yo mismo…
Desempolve mis rodillas dobladas acalambradas de rezarle a quien no existe,
Levante la cerviz que yacía bajo el yugo de mis lamentos,
Y decidí darme la oportunidad de perdonarme
De perdonar las circunstancias, de perdonar al verdugo,
Me decidí a seguir viviendo.

Martin ¿Acaso no me oyes llamarte, Martín?
                                                                                  (Creo que sigo aquí)
Mi mundo se derrumba. No puedo verte, te necesito ahora mismo.
(Quizás siga aquí)
Martin, no sigas huyendo!
(Sí aún estoy aquí)

No sigas huyendo, no sigas huyendo, no,
No sigas huyendo, no sigas huyendo, no,
¿Dónde está Martin?
Sabes que te necesito ahora mismo,
¿Dónde está Martin?
(Sólo tenía miedo y hui)
(Aquí estoy, nunca me fui)
(Sí, sigo aquí)


Nota: Inspirado en la canción Maria de Christina Aguilera de su Album Liberation, 2018. La habia escuchado miles de veces pero recién hoy me animo a abrir mis recuerdos.

It's time

I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...