Allá abajo entre las rocas partidas,
Y las caracolas desgastadas
Las algas se contonean suavemente
Como alargados tentáculos
Indecisos como el ser humano,
Una parte anclada a la tierra,
La otra a la deriva...
Y la sal se disuelve como las ideas torpes,
Hasta que todo tiene el mismo sabor,
La desesperanza,
La pereza que decanta en las entrañas,
Y se hace pesada,
Como costra, como coral rugoso y afilado...
La marea baja,
La vida se nos escapa entre los dedos,
Como peces mucho más ágiles,
Como medusas despreocupadas...
Y en este arrullo que invita a la sangre de mis venas,
Me envuelvo,
Me expando sobre la arena,
Esperando cambiar el azul del agua por púrpura,
Y en el galope de las olas irme hasta donde la luna se columpia.
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