Dejaré algún día de ser una blasfemia a tu nombre?
Dejaré algún día de ser el que mancho tu plan divino?
Sí, a ti te hablo, a ti que escuchas pero nunca respondes,
A ti que dicen que existes, aun cuando yo no estoy seguro,
Quizás esto que estoy sufriendo es solo para confirma la teoría de que te he ofendido
Y me estas llamando a tu presencia para reprenderme,
Y luego patearme lejos, como se patea a los perros que muerden la mano del amo,
Quizás solo estas alineando las agonías como flechas en una ballesta múltiple
Y las dispararás una a una, siempre acertando,
Procurando infringir el mayor daño posible con cada intento,
Me siento en una emboscada de emociones mortuorias,
En un campo minado en el que todo se activa con solo mi respiración,
Y lo peor es que parte de mi quiere respirar hondo y con estruendo,
Para que todo explote a gran escala,
Que todo desaparezca tan rápido y brutal como apareció…
No más guerras, no puedo enfrentarme a lo que viene,
Entonces vendrá y saqueará, romperá, quemará y matará,
No violará pues estoy radioactivo,
Quizás me orine encima para humillarme un poco más, qué más da,
Tengo la marca de la muerte, de los apestados,
De los muertos que aun respiran, así que, qué más da,
Humíllame, castígame, rómpeme…
Dicen que lo que soy te ofende, entonces ésta es tu manera de corroborarlo,
Pues bien, que así sea, estoy listo, dispara…
Mierda dispara ya, pero a matar!
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