A
veces me siento como un grito quejumbroso,
Aplastado
por una multitud en estampida,Corriendo de norte a sur y de este a oeste,
Como persiguiendo las ofertas de los días R Ripley!,
Y siento que me pierdo en un gentío que piensa en voz alta,
Y que se burla de todo y de todos,
Y más aún de mí, de mi mirada,
Y hacen leña con mis rimas,
Y me patean en el piso hasta que la sangre salpica sus zapatos,
Y sólo por asco se detienen, y comienzan a insultarme,
A veces me siento maltratado por el mundo,
Olvidado en un rincón sombrío, mohoso y frío,
Como un niño al que su madre ha apartado mientras su padre la golpea,
Y desde esa esquina ve como la mata, y como se acerca a él,
Para completar la historia macabra,
Al menos será el titular en un periódico chicha,
A veces me imagino terminar así,
Sin nadie tomando mi mano,
Con mis indirectas totalmente desmayadas,
Con una súplica fugándose de entre mis labios,
Con esa sensación incomoda con que uno se saca un vello de entre los dientes,
A veces me siento como un grito quejumbroso,
Arrollado macabramente por el bullicioso transito,
Me siento rodar debajo de los desgastados neumáticos de las combis y buses de Lima,
De pronto respiro, me detengo, dejo de ser ese grito,
Relajo mis labios, y estos se estiran en puntos opuestos,
Sonrío,
Volteo y estas a mi lado,
Sonriendo,
Listo para besarme,
No esperaré más…voy a besarte, sí, voy a besarte,
Esos labios serán mi pesebre, mi ciudad, mi nación, mi destino ulterior…
Te amo, y lo más grato es que tu también me amas,
A la mierda el mundo,
Sí, a la mierda todo lo demás…
Voy a gritar, si voy a gritar y todo el mundo me oirá,
Vamos a gritar mientras hacemos el amor!
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