Has cambiado mi
esencia más íntima,
Como se cambia el PH
del cuerpo cuando se infecta,
No soy más el que
nació en Octubre y fue bautizado en Enero,
No soy más el hijo
prodigo, el menospreciado…
Tus fluidos me han
llenado,
Me han infundido esa
vida que creí que se me escapaba,
Me has inoculado esa
poesía asimétrica que tienen tus palabras,
Y me has dejado ese
sabor de gloria tras una batalla,
En la que aunque he
sido yo el que ha perdido,
Me siento el más
afortunado,
A veces siento que
eres la respuesta a la incógnita que solía ser mi vida,
A esa incertidumbre
que se bamboleaba como hoja seca,
Esperando que el
viento lleno de smog la desgarrase pedazo a pedazo,
O que simplemente su
madre-padre árbol la patease fuera de su refugio,
Eres la conjunción de
los tiempos gramaticales,
Mi presente, mi
pasado, mi futuro y lo que hay después de él,
El mismísimo Edén del
que otros han hablado tanto,
Me he enredado en tus
dedos como se enreda la vida misma,
Esa que nos ha
permitido el encontrarnos,
Esa que hoy sonríe y
encoge sus enaguas invernales,
Y se pone coqueta como
la primavera cuando nos besamos,
Cuando consumamos el
amor que ha hecho de mi pecho,
Un lugar digno para
que repose tu cabeza y sueñes,
Con el día en que nos
casemos,
En que tu mano
sujetando firmemente la mía caminemos al altar,
Sí, quiero casarme
contigo quizás desde el día que te conocí,
La pregunta es: ¿quieres...?¿quieres casarte conmigo?
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