Vuelves a mi mente con
las primeras lluvias de Junio,
Desfiguras mi sonrisa
con cada gota salina rodando sobre mi mejilla,
Llorar mientras el
cielo parece deshidratarse en un llanto copioso,
Es la manera más
disimulada que conozco de expresar el dolor de tu ausencia,
Te extraño, si, cada
día de mi vida te extraño,
Tu nombre parece
filtrase en mis sueños,
Y con cada respiración,
no puedo evitar imaginarte cerca de mí,
Como hace ya más de trece
años,
Tu recuerdo aún zigzaguea
mis capilares,
Ese aroma tuyo que aun
hoy en día no puedo describir con palabras,
Pero que puedo intuir,
saborear y con el cual hasta puedo excitarme
Si cierro los ojos, si
me quedo en silencio,
Si giro sobre mi lado
derecho y me acurruco abrazando una almohada,
Recitando una plegaria
como si fuese el arrullo de tu voz cálida,
Se ese flujo silábico
que me conducía al mundo de los sueños,
Sí, vuelves a mi
mente,
Con una afirmación
visceral que compite con la sed, con el hambre,
Con la necesidad de
hacer que mis genes migren en el tiempo,
Te necesito, y después
de tanto tiempo, ese enunciado podría parecer insulso,
Pero es así…te
necesito,
No he vuelto a amar a
nadie como te amé a ti,
Con esa dulzura
icónica,
Con esa entrega sin
recelo alguno,
Con esa curiosidad
abstracta dibujada en mis labios frescos,
En mis manos inquietas
pero torpes,
En mi piel sin más
nombres que el tuyo,
Haciendo eco en cada
rincón de mi anatomía…
Te extraño, y quisiera
creer que tu también,
Que un buen día
volverás, que tus brazos me envolverán como el verano,
Y tus labios derretirán
mis miedos, como aquella primera vez que fui tuyo,
Y tú fuiste mío, como
el oxígeno es de mis pulmones,
Quisiera saber si me
extrañas,
Si allá en el éter me
recuerdas si quiera,
Quisiera escribirte y
que me leas una vez más,
Y no sólo suspirar mis
versos sobre tu lápida pulida como tu frente,
Quisiera saber por qué
te fuiste y me dejaste aquí,
Enamorado, echando raíces
en un suelo que siento extraño y nocivo,
Quisiera saber si
algún día podré volver a amar como te ame a ti,
...te extraño…
Créeme, aún sigo
esperándote,
Pues, fue muy duro ser
viudo a los veinte.
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