Te acercas sigiloso,
Y el simple aroma
cálido de tu presencia,
Hace que mis rodillas
choquen entre sí, pero no con miedo,
Sino con una emoción
que suprime todo movimiento,
Mi respiración se
acelera, se entrecorta,
Todos mis nervios se
electrifican,
Y susurran tu nombre
bajo mi piel como en clave Morse,
Tus manos rodean mi
ser y tu voz acaricia mi nuca,
Ya me tienes y lo
sabes,
Pero para alabanza de
tu ego, apegas tu barbilla sobre mis hombros,
Sabiendo que liberare
gemidos que procuro mordisquear por recato,
Esa sensación de tu mentón
en el que una barba entrecana se esparce,
Como mis sentidos,
como mis ansias de amarte,
Me giras como si tu
aroma trazara la órbita de mi ser,
Y cuando veo tus ojos
me siento hermoso, como nunca antes lo hice,
Me siento deseado,
Esa mirada de
depredador urbano me hipnotiza,
Tu boca eclipsa la mía,
y nuestras lenguas pierden la noción del tiempo,
De quién soy yo, de
quien eres tú…somos sólo nosotros,
Un beso como antesala
a la metamorfosis taciturna que sufrimos,
Cuando estamos los dos
solos y juntos,
Dejando nuestra piel a
la deriva, perdiendo los límites con que fueron delimitadas,
Y somos el uno para el
otro, como el oxigeno es para la vida,
Nuestra respiración se
entreteje como acordes de una canción primitiva,
Tus dedos enraizándose
entre los míos,
Nuestros cuerpos
temblorosos cuando un resquebrajado gemido rebota sobre las paredes
Arañadas por los vapores
de nuestros tantos idilios…
La luz flaquea en
nuestras pupilas, me abrazas,
Me dices: “Eres mío”
Y yo te sujeto en mi y
alrededor mío y te digo: “Y tú, mío”
Nos abandonamos al
sueño, a remar en las esperanzas de un nuevo día juntos,
Uno que siempre comienza
con tus labios sobre mis hombros,
Proclamando esta
nación que es mi cuerpo,
Bajo el yugo delicioso
de tu ser…
Y es que dormimos cobijados
en la seguridad de nuestro amor,
Y nos despertamos en
la esperanza de un para siempre!!!
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