A veces me embarga la
melancolía,
Me muerde desde dentro
como un cáncer híbrido y con vida propia,
La incertidumbre del
futuro me desgarra desde adentro,
Me disuelve como
ahínco, como si mi alma fuese su alimento preferido,
Y es que nos estamos
volviendo viejos,
La muerte nos ronda
con cada bocanada de aire que nos atrevemos a tomar,
Lo nuestro se mece
como un columpio en la inclemencia del tiempo,
Rozando la cordura,
perdiendo la fuerza al rozar la arena de una tumbas
Que yacen abiertas
esperando que llegue nuestro turno,
Mi debilidad me ha
hecho débil,
Me hace el más frágil eslabón
en esta cadena de eventos que llamamos vida,
Pero quien podría
culparme, mis 32 años de poesía no compiten con tus 45,
Tengo miedo de
perderte…
Pues ya no sé quien
soy…me define tu voz, tus labios,
Tus manos dadivosas,
tus piernas juguetonas,
Tus ronquidos silbando
entre mis sueños locos,
Dime:
¿Qué será de mi sin
ti?
¿Podré seguir respirando?
¿Podré recomponer los límites
de mi piel,
Cuando no estés tú
para delimitarla?
¿Qué será de mi sin
ti?
Sin tus manos
revoloteando obstinadamente a mi alrededor,
Llamándome con una
sonrisa pícara,
Como la llama a la
polilla, tan sólo para que en ella se consuma,
Y no es que me queje,
adoro perderme en ti,
Pero me asusta el
tiempo, la domesticación de mis instintos virulentos,
De mi alma de viento,
Me asusta en lo que me
has convertido,
En un rosario de
versos enamorados,
En una figura de
arcilla que solo conoce el cal calor de la yema de tus dedos,
Que se tuerce a tu
antojo como una figurilla en proceso formativo,
En ese moldeable
remedo de ser humano,
Que parece un cuenco
vació de alma,
Si no me inyectas de
vida con tus besos,
Si no retuerces cual
contorsionista mis fantasías,
Que comienzan y
terminan con tu nombre,
Y esa necesidad de
sentirme completamente tuyo.
Dime:
¿Qué será de mí sin
ti?
Sin esos ojos tuyos
que me leen como un libro abierto,
Sin esa piel tuya arropándome
en las noches frías,
Sin la recalcitrante
necesidad de ti en las noches de verano!
Dime:
¿Qué será de mi cuando
tus ojos ya no me miren?
Cuando tenga que rodar
sobre la cama vacía,
Cuando tenga que
cocinar para uno,
Cuando los caminos de
la vida se bifurquen,
Cuando el voto de
amarnos hasta que la muerte nos separe se haya cumplido,
Cuando tus ojitos
azucarados se cierren,
Cuando tu piel se enfrié
y en lugar de que la mía la cobije,
Te envuelva en cedro y
arena!
Dime:
¿Qué será de mí cuando
tu tiempo se extinga como una vela en el viento?
¿Qué haré cuando este
cuento de hadas se convierta en una pesadilla?
Dime:
¿Qué he de ingerir
para igualar el efecto narcótico de tu amor?
Tengo miedo,
perdóname!
El tiempo me está
mordiendo los talones,
Tiemblo cual hoja en
medio de un huracán,
Aferrándose al
sustento de sus ser más íntimo,
Perdóname…
Ya no tengo la entereza
risueña del veinteañero del que te enamoraste,
Tengo miedo, la muerte
me asusta, sí,
Pero no tanto como la
idea de tu ausencia, nunca tanto!
Dime:
¿Qué será de mí, si algún
día me encuentro, sin ti?
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