Nos deslizamos como almas huyendo de algo funesto,
El motor ronronea y gruñe sincopadamente sobre la carretera…
El cielo se estruja en colores y gruñidos
La tormenta se avecina,
Esta noche…los rumores se vuelven rugidos entre el cielo y la tierra
Los rayos son convulsiones iracundas de espíritus etéreos,
Espíritus que mutan como nubes acolchadas como piel de lobo,
Negra como esta noche que parece engullirnos lentamente,
En un melodrama cuasi psicótico,
Cuasi romántico, tan tuyo como mío,
Como el oxígeno que se evapora en la conjunción de nuestros besos
Escurridizos como las gotas de lluvia que garabatean las lunas del
auto,
Pronto llegaremos al llano yermo,
A la rocosa superficie donde el sol nos acaricie con malicia,
Y este frio sobrecogedor se quiebre en llanto sobre las flores de
quinua,
Para luego arrastrarse con pena sobre las gramíneas estrujadas por la
helada de Marzo,
Pronto nos encontraremos en el valle dorado de “hallu-hallu”
Relamido por el sol inquieto que nos flagela inmisericorde la piel
desnuda,
Pronto la noche abra acabado,
Este tránsito meditabundo sobre la carretera dejará de importar,
Estaremos del otro lado de las montañas,
Conjugando el ébano de mis ojos, el alabastro de los tuyos y el
pacifico azul del lago,
Y balanceando en nuestras lenguas traviesas un verso y un te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario