Se ahogan mis te amo, por cuestión de miedo más que
por desanimo,
Quiero negar lo evidente…que soy tuyo,
Que con solo chascar tus dedos estaré allí, adorando
tu piel toda,
Te beso con disimulo, procurando no darte mayor importancia
de la que ya tienes,
Te acaricio procurando no delatar esta urgencia que me
devora desde dentro,
Te miro procurando no delatar el que estoy enamorado,
Y cuando gimo lo hago con un desgano impostado,
Tan solo para que no notes que no podría vivir un
segundo sin tus manos,
Quisiera oírte decir que me amas…que eres mio,
Para poder dejar de pretender que sin ti, no me hallo
en este mundo,
Quisiera que me tomarás la mano y me preguntases si
deseo pasar mi vida a tu lado,
Para que mis ojos derramen todas las lágrimas que
guardo,
Y mi sonrisa escueta se vuelva demente…
Quisiera escucharte decir: cásate conmigo,
Para así dejar de limitar mis afectos y entregarme sin
miramiento alguno,
Si al menos me dieses la certeza de que soy el único al
que tocas con lujuria,
Entonces podría ser todo poesía,
Podría dejarme llevar por los arrebatos de la pasión…y
confesaría que soy tuyo…
Que no concibo un día sin tus labios,
Sin tu aliento tibio rodando sobre mi espalda,
Sin tus piernas enredándose entre las mías…
Di que me amas…tan sólo dilo,
Porque tengo miedo a hacerlo yo, y me vuelvan a lastimar
con un: “esto sólo es sexo”.