Esta alma-tetera bulle con fervor,
Se escabulle de mi cuerpo,
Como mi semen dentro del tuyo cuando el amor
esta resuelto,
Cuando en la obstinación extrema de nuestro
amor tratamos de concebir,
Orgullo punzante como tu pene o el mio,
Se irgue silencioso como el amanecer del fin
del mundo,
Nos aferramos el uno a los labios del otro,
Como queriendo desvanecer la coraza epitelial
que nos contiene y ser uno solo,
Como el padre, el hijo y el espíritu santo…
En un silencio que pronto nuestros gemidos
desintegran a nivel molecular,
Nos entregamos una vez más,
Como la primera vez hace más de diez años,
Y de la misma manera en que nos entregaremos
el uno al otro,
Hasta que la muerte nos separe…
Hambrientos, devotos, eternos en una brisa del
universo,
Una neblina espesa que nos desintegra de a
pocos,
Como escenas proféticas de dos cuerpos que se
desgastan con tantos arrumacos…
Te amo, pero eso ya lo sabes, así que no me
dejes!
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