Me atraviesan las
rimas más crudas
Como flechas
enajenadas,
Ponzoña iracunda que
me contamina
Que se expande en mi
todo,
Limpiando mi ser de tu
nombre…
Me siento acorralado,
Prisionero, maniatado,
sin esperanza alguna,
Tus mentiras dejaron
de ser captores morbosos
Observando con
atención como me quebraba…
Ahora son verdugos
sádicos infligiendo dolor,
Palabras que encajan
en la piel como espadas,
Soy un rompecabezas
incompleto,
Y van pasando los
segundos y mis lágrimas se acidifican
Las piezas de mi alma
se van decolorando,
Estoy aquí, sin querer
estarlo,
En esta sinfonía de
gritos, de rock and roll de taberna de mala muerte
Que yo llamo vida,
Y quisiera largarme…si,
largarme y dejarme aquí,
Para podrirme un poco
más,
Para convertirme en
fermento de la tierra,
Y desde otro lugar
verme con menos tristeza, con más impostada lástima,
Y con vomitiva
ausencia de agallas,
De la fuerza de
decirte…me voy,
Te amo, pero me a mí
me amo más…adiós,
Me largo…sí, me largo,
Pero sabes que no lo
haré y no sé si eso habla mal de ti, o peor de mí?
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