Vienes
cálido como la primavera,
A
despertarme de este letargo somnoliento de opioides legales,
Me
besas sin disimulo alguno,
Con
esa urgencia con que se respira,
Y
me tocas como repasando los acordes de una vieja melodía,
Que
sólo conocen tus dedos,
Y
entonces despierto,
Veo
el mundo moverse con normalidad, con ahínco,
No
como en cámara lenta,
No
como siluetas borrosas dibujadas con carboncillo,
Avejentadas
como mis sonrisas…
De
pronto despierto y todo tiene color como la vida que de niño disfrutaba,
Los
árboles se mecen serenos, como versos en tus labios,
Entonces
despierto, estoy vivo, estoy limpio,
Y
el cuerpo ya no duele, las piernas se vuelven más elásticas
Y
serpentean alrededor de tu cintura,
Como
una luna en su órbita alrededor de la tierra,
Entonces
me besas y despierto,
Y
quiero que este momento que bambolea como las olas de un mar travieso,
Se
vuelva eterno, se alargue como las vocales de tu nombre,
Entre
los gemidos que se escabullen de mis garabateados labios,
Me
besas, me tocas…me llenas, me sacias,
Y
la vida que creí perdida me la devuelves.
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