Ha pasado tanto tiempo,
El hollín se ha acumulado en las
ventanas,
Cual costra sobre una herida
empeñada en sanar…
Y si miro a través de los vidrios
tan llenos de huellas dactilares,
Solo puedo ver un mundo que se
desmorona,
Una lluvia que corta como
hojillas de afeitar recién manufacturadas,
Ha pasado tanto tiempo,
Desde la última vez que me anime
a asomarme a ver el cielo,
Desde la última vez que escribí
tu nombre en el aire,
Con palabras entrecortadas,
Que me recordaban a esos sueños
de mi infancia,
Ha pasado tanto tiempo,
Que mi piel se ha cuarteado y se
ha vuelto foto-fóbica,
Soy un poema de versos
invernales,
De símiles fríos…de un corazón
que se ha hecho lento
Precavido como el mismo tiempo,
Y con ese temor innato de las
criaturas de la tierra,
Me asomo a ver si este mundo me acogerá
nuevamente,
Si mis pies encontraran un
sendero nuevo,
Si mi poesía cual semilla
aletargada lograra germinar nuevamente,
Ha pasado tanto tiempo desde la última
vez que me sentía vivo,
Que me asusto,
Tiemblo como siendo azotado por
el recuerdo de su adiós,
Y solo una minúscula parte de mí
me dice que siga adelante,
Que es tiempo de liberar mis
emociones más íntimas,
Como un concierto acapela en
medio de la nada,
Que es tiempo de saltar a lo
desconocido de sus brazos,
Que es tiempo de besarlo,
Aun cuando el miedo me tenga
entumecido,
Es tiempo de emprender nuevo
vuelo hacia dónde sus jóvenes alas aleteen…
Es tiempo de ver si mi amor no se
secó cuando el murió.
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