Hoy
el cielo se ha abierto,
La
imagen de una mujer dando a luz inunda mi cerebro,
Se
rompe la fuente, luego agua, lluvia, diluvio,
Todo
el mundo corre,
Se
agazapa debajo de periódicos y revistas,
Procurando
no mojarse,
Yo
por el contrario, camino con paso firme y decidido,
Mirando
al cielo,
Cruzando
intrépidamente las pistas, sin siquiera mirarlas de reojo,
La
lluvia que cae y rueda sobre mi rostro,
Disimula
mis lágrimas,
Que
tranquilidad poder llorar en la vía pública
Sin
que nadie lo percate y por ende se incomodo,
Los
carros aceleran como huyendo del invierno,
Los
charcos revientan a su paso,
Todo
lo embarran, como mi dignidad, como mi alma,
Y
es que en ella, no hay nada claro,
Solo
manchas como de semen reseco, como de cariño leproso,
En
ella yace tu nombre naufragando en un mar de caos…
Sigo
llorando, sigue lloviendo,
Los
arcoíris aparecen en el cielo,
Los
araño violentamente, pero insisten en erguirse en el firmamento,
Como
tu recuerdo en mi mente…
Malditas
las vocales y malditas las consonantes que hilan tu nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario