Mi mente rueda, brinca
y se contorsiona más rápido que el sonido,
Mis versos más
románticos se pueden volver escenas porno en un suspiro,
Y así, la paz de mis
piernas se puede quebrantar en un segundo,
Y si oigo tu voz
susurrando mi nombre sobre mi nunca…
Se desbarata mi
cordura,
Como una cobija tejida
a mano sin cautela alguna…
Tus dedos son los crochés
de mi destino…
La gloria nos aguarda,
Y el camino parece estar
empedrado de gemidos;
Así es nuestra
historia, una secuencia de vaivenes pélvicos,
Un rosario de noches
desenfrenadas sucedidas por días de perpetua primavera,
Donde tu voz nutre la
felicidad de mi alma,
Sosiega mi
hiperactividad genética,
Donde todo lo malo se
borra con tu mano sobre mi frente,
Acomodando mi cabello,
Para, con tus ojos, pescar
sueños en el manantial de los míos,
Y con tus labios
sellar este pacto eterno…
Este amor me hace invencible,
Por eso, no temo a
hacerme viejo,
O quedarme sin
cabello, ni siquiera temo el arrugarme como pasa,
Quizás me vuelva aún
más olvidadizo…y sea podría ser una ventaja,
El poder olvidarme de
todo al irme a dormir
Tan sólo para volver a
enamorarme cada mañana,
De ti…sólo de ti…
Te amo, y si te queda
duda alguna, sólo mírame fijamente.
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