Me estoy deslizando en
el olvido,
(no tan sutilmente
como quisiera…pero, ni modo)
Me estoy desvaneciendo
como la luna en esta noche,
Asemejando al humo inservible
de un cigarro viejo,
Estoy perdiendo
entusiasmo,
(Vertiginosamente como
en una caída libre)
Estoy sintiendo más
frío que nunca,
Me carcomen las ganas
de verte,
De oír tu voz
articulando mi nombre,
(que siempre suena aún
más hermoso en tus labios)
Te extraño, pero es
mejor que no nos veamos…
(Como el día y la noche,
sucediéndose pero nunca encontrándose)
Así, estamos mejor…lejos
el uno del otro,
Lejos de la angustia
de un certero adiós…
Uno que he decido adelantar
para cortar la agonía de la espera…
Y es que esta enfermedad
es más yo mismo de lo que supuse,
Del ser de quien te
enamoraste queda muy poco,
(Sólo la piel y
algunas sonrisas, y un poco de alma…no mucha por si te lo preguntas)
Soy solo una granada
de mano sujetada con pulso tembloroso,
Esperando que todo sea
consumado, sin causar tanto estrago,
(Daño colateral…maldito
daño colateral…si al menos nadie llorase mi partida)
Perdóname por nombrarte
repetidamente,
Pero tu nombre, aunque
obstruye mi respiración, adoro susurrarlo,
Pues me diste tanto en
tan poco…
(Mis limitados números
se volvieron infinitos al rodar sobre tu pecho desnudo?
Me volví un verso más
significativo moldeado por tus dedos,
Y quizás no
disfrutemos de aquellos inviernos en Paris, con los que soñamos,
Tratando de copiar el
curso de la lluvia sobre la ventana de nuestro cuarto,
Para después intentar
reproducir aquellos garabatos en nuestras espaldas,
(Aunque siempre hicimos
trampa y garabateamos nuestros nombres en ellas)
Decidí que ya o
aguanto más…
Decidí adelantar nuestro
adiós, pues tus lágrimas duelen más que las agujas,
Tus caricias piadosas
y tan llenas de temor, me marean más que las pastillas,
No pensé que llegase a
amarte como lo hago,
Pero, lo hice, lo hago
y lo haré…sólo que no puedo volver a decírtelo,
No debo…debo obligarte
a que te vayas,
(Recorre el mundo como
siempre lo soñaste)
Y cuando hayas visto
todos los arco iris sobre todas las cataratas…vuelve,
Regresa un domingo por
la mañana y visítame,
Ve y apoya lirios
sobre mi lápida,
Di que me amas,
(si es que aún lo
sientes)
O quizás prefieras
vociferar cuanto me odias…
Quizás eso sea
preferible…
Me despido y adelanto
mi adiós…aun así, te esperaré del otro lado.
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