Quisiera atrapar estos
recurrentes sueños de ti,
Con esta sábana suave,
Apilarlos de tal modo
que repliquen tu anatomía,
Y después disfrutarla
con el ahínco que me caracteriza,
Quisiera animar mis
rimas,
Quisiera poder volverlas
piel,
Para acurrucarme con
ellas en estas noches de invierno,
Quisiera que
hubiésemos tenido más tiempo,
Que nuestras estrellas
no nos hubiesen traicionado,
Que nuestra cama
siguiera rechinando nuestros nombres,
Quisiera que el humo
de estos cigarros se condensara,
O mejor aun consumirme
tan rápido como ellos,
Y poder darte el
alcance,
Allá en donde las
voces son suaves arrullos
Allá dónde el agua
fluye como un rezo,
Allá dónde van los
hombres tiernos como tú,
Si fuese menos
cobarde,
Si fuera un poco más
audaz,
Comenzaría a hacer
malabares con los cuchillos de la cocina,
Comenzaría a hacer
cocteles con lejía,
Comenzaría a dibujar
mis muñecas con navajas,
Comenzaría a bailar
con el suave cascabeleo del fuego incendiándolo todo,
Si fuera menos
cobarde, me hubiese ido contigo,
Allá donde la noche se
confunde con el día,
Allá dónde la poesía
pavimenta los senderos,
Allá dónde el prado
siempre es verde,
Allá donde no existe
la palabra adiós.
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