Muchos de los
pensamientos lógicos se han secado,
Y otros
simplemente los ha arrancado el viento,
Entonces todo
se ve como una fotografía vieja,
Como una toma
en blanco y negro,
Con esa sombra
que recuerda a la muerte anticipada
Al otoño que
quiebra la espalda de los más rudos,
Al tiempo
iracundo que pasa con arrebatos,
A esa vida que
se desgasta como la lana vieja,
Y entonces me
siento así, vacío,
Como días de
ayuno,
Como una flor
sin néctar, sin polen, sin abejas,
Como el nido
donde sólo yacen cascarones rancios,
Como la tumba
donde solo asoman fragmentos óseos,
Sí, la cordura
se me fue detrás de tus caderas,
Detrás de esa
sonrisa ligera que se balanceaba en tus labios,
Detrás de esa
primavera que se aferraba a tus hombros,
Detrás de esa
dulzura que eran tus piernas,
Detrás del
calor purificador de tu ingle inquieta,
Detrás de tu
voz fresca como salmo recitado al alba,
Detrás de la
historia que garabatee en tu pecho y en tu espalda,
Con mis uñas,
con mis gemidos,
Se me fue la
cordura y hoy se vuelve compost en tu tumba,
Acurrucada con
los gusanos,
Con esos
gusanos que nunca se volverán mariposas,
Con estas
rimas estúpidas que nunca se convertirán en más nada
Que un rancio
ruego…
Sólo un ruego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario