Amén

Me usas para satisfacer tu impía urgencia sexual…

Yo solo gimo y digo amén!

Arrancaste mis poemas de mis brazos,

Como se arranca al recién nacido que no respira y es más gris que el mismo cielo de lima,
Dejándome el alma en trozos,
Creo que no más grandes que tu verga!

Mi tristeza sale de mi cuerpo a borbotones,

La culpa de la misma, pudiese ser atribuida a tu maldad genética,
O a la sumisión psicosomática tan propia de mi alma…
Trato de sondear más intensamente dentro del poco yo que queda de mi mismo,
Para encontrar una explicación, aun cuando sea una insípida…
De por qué te amo,
De por qué me siento más tuyo que de mi propio yo,
Jadear no sirve de nada si todo lo que te apabulla la mente es temor,
Decir te amo, no sirve de nada si te cabalgan absorto,
Meditando la prosa de su ingle blandiendo su furia contra mi…
E interrumpiendo mis reflexiones ano - orgásmicas…

Me usas para satisfacer tu impía urgencia sexual…
Yo solo gimo y digo amén!

A los casi 30años que mis huesos cuentan…
Me siento como un hombre de setenta:
Vivido, desgastado y corroído por las desventuras de mi mundo,
Uno que me ha mostrado la peor de sus caras,
La lepra hecha verso,
El cáncer que todo lo corroe…
Niños que nacen y respiran tres veces luego se mueren…
El hola y el adiós se han vuelto sinónimos para muchas madres,
También para mí…
Los amores duran tanto como los amantes en eyacular…
Tengo ganas de morir, pero tal parece que aun no llega mi hora.
 
Me usas para satisfacer tu impía urgencia sexual…
Yo solo gimo y digo amén!

He tratado de asesinarme,

Y he flaqueado en el último instante,
Decidí abandonar la lucha,
Dejarme llevar y perderme en esta calidez indescifrable,
En tus brazos me fui a dormir…
Abrazando el negro absoluto de mi desesperación con mis ojos cerrados…
Transformando caprichosamente tus jadeantes embestidas,
En primaveras acariciándome con ternura…
Sabiéndome utilizado me empecino en sentirme amado,
Pero no conoces el significado de esa palabra,
Al menos no al nivel que espera mi desnuda alma!
 
Arrancaste mis poemas de mis brazos,
Como se arranca al recién nacido que no respira y es más gris que el mismo cielo de lima,
Dejándome el alma en trozos,
Creo que no más grandes que tu verga! 

Me usas para satisfacer tu impía urgencia sexual…

Yo solo gimo y digo amén!