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Fui el insurrecto violado, que un día se dio cuenta que podía ser  amado.

Se reúne dudosamente en mi los estigmas tradicionales

de la educación católica en la que crecí,
Y la avasalladora e impúdica homosexualidad que define mi todo…
Entre lo unheimlich y lo freudiano de la sensación sexual,
Mi ser excreta poesía…eyaculo sólo para alabanza del rito orgásmico,
Mi obra muestra las fauces de seda de mi cama,
La esclavitud masoquista de mi alma,
El ahínco de ms piernas, no por correr, pero si por montar sus hombros…
Una mezcla de infantilismo coqueto que se vuelve masturbación compulsiva en instantes,
Y una provocación impúdica que eso sólo una careta a mis tantos miedos,
Los inmorales suspiros que el mundo intenta reprimir,
Son solo cuentas en el rosario de mis acrobacias sexuales,
Reunirse los excitados, la mesa está servida.

Soy anticatólico incendiario, con alergia a las misas dominicales.

El Gonzo poético desemboca en lo pornográfico,
Todo tirita como niño violado, como yo a los 9 años,
El propio cuerpo es el vehículo para el alma,
Las piernas extendidas la puerta al cielo,
Dejo de ser celoso guardián, para ser permisivo anfitrión,
Este itinerario de kamasutra es el sinuoso sendero hacia el yo,
Entre lo dulce y melancólico,
Lo entrañablemente “kninky” estás por comenzar,
Las cortinas se abren,
Los  semianalfabetos sexuales y los analfabetos funcionales,
Otros cuerpos, mi cuerpo, el yo sin cuerpo,
Todo lo que soy, lo que quiero, la manera de amar,
El resumen de la fe en un gemido lleno de semen.

Seré un escalofrío delirante en la mente de quien me recuerde.