Y se han ido mis rimas como
mariposas asustadas,
Las persigue el invierno,
Como a mí me persigue la muerte,
Quisiera poder decirte que estoy
bien sin mentirte,
Quisiera sonreír sin tener que
esforzarme,
Quisiera poder agradecer cada día
en que respiro,
Pero todo duele,
Como una lija repasándose con
coraje sobre un portón viejo,
Todo quema como si la piel la
acariciase un carbón encendido,
Las costillas se sienten tensas
como cuerdas de una citara a punto de romperse,
Entonces falta el aire,
El corazón se agita como un
cascabel en la cola de una serpiente,
Y mi garganta se seca como
aspirando humo…
Quisiera poder mirarte a los ojos
sin procurar que no veas en ellos,
Como duelen las plantas de mis
pies como si las frotase con vidrio molido,
Como duelen las pantorrillas como
si las masajeara con anzuelos oxidados,
Tratando de pescar filamentos
para tejerlos en un macramé macabro,
Quisiera poder besarte,
Y dejar que me abrazases toda la
noche sin sentir que mis articulaciones,
Son reemplazadas una a una,
lentamente y sin anestesia,
Quisiera poder disfrutar de la peregrinación
de tus labios y tu barbilla,
A lo largo de mi espalda,
Sin sentir que mis vertebras las
atornillan simultáneamente,
Quisiera poder pedirte que me
toques,
Que me acaricies,
Pero todo duele, quema, arde, y
se siente como desgarrándose,
Quisiera poder agradecer un día
más a tu lado,
Pero a veces lo único que anhelo
es que todo acabe,
Que mi pecho se comprima tanto
que el aire me abandone,
Que la sangre detenga su
recorrido como detenida por un dique,
Hay días en que sólo anhelo que
llueva para llorar con mayor disimulo,
O cerrar los ojos y nunca más
abrirlos…
Sí, estoy deprimido…lo sé…
Y aun cuando crujo como una hoja
de aluminio arrugándose con malicia…
Tú me amas…lo sé…
Pero todo duele,
Y a veces olvido que la mañana
puede cantar de manera hermosa,
Que la noche puede danzar de
manera hipnotizante,
Como una vela encendida en la
sala,
Como tus pupilas cuando me miras…
Y a veces olvido que quiero vivir
mucho tiempo más a tu lado,
Y es que todo duele,
Como látigo hecho de ortiga
cayendo despiadadamente,
Una y otra vez, y otra vez más…todo
duele,
Y te amo,
Pero a veces ni eso es suficiente
para querer seguir viviendo.
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