Quisiera poder mirarme sin sentir
que algo falta,
Que algo está averiado a niveles
que ni yo entiendo,
Quisiera mirarme y poder sonreír
tranquilo,
Acomodar mi cabello,
Acomodar mi ropa,
Y seguir conviviendo con el
mundo,
Quisiera poder mirarme y tener un
concepto más claro de lo que es la vida,
Y encontrar sentido a la lluvia
que cae y se encharca,
Mientras el viento se hace denso
y toxico a cada paso,
Tanto que todo duele, hasta la
ropa sobre mi piel fresca,
Y pongo todo mi esfuerzo en
seguir caminando,
Sin dejar de sonreír aunque duela
la farsa,
Tanto o más que mis rodillas, mis
codos, mis muñecas,
Quisiera mirarme y poder
convencerme que todo pasa por algo,
Que así como el rio y el tiempo
mantienen su curso,
Esto también pasará,
Como las promesas perdidas de
medicamentos caducos,
Quisiera mirarme y ver a mi otro
yo de hace diez años,
El que bailaba en la ducha,
El que caminaba sobre la vereda
sin pisar las líneas,
El que pisaba las hojas secas con
los ojos cerrados,
Para perderme en el crujiente sonido,
Como un poema incompleto, como un
rezo masticado…
Quisiera mirarme y decirme a mi
mismo,
Que mañana amaneceré sin sueño,
Que si camino hoy más de la
cuenta no lo lamentaré,
Que si hoy te abrazo tan fuerte
como deseo,
Mañana mi cuerpo no me lo reprochará…
Quisiera mirarme y frotarme los
ojos tan fuertes como después de un mal sueño,
Y despertar en un cuerpo que no
queme,
Que no arda como herida
cauterizada con lejía pura,
Quisiera poder mirarme y no
sentir pena,
Pero más que todo agotamiento al
seguir sonriendo,
Si…a pesar de todo, sigo
sonriendo,
Y si…veme sonreír…sobarme los
brazos y las piernas,
Veme respirar despacio y
profundo…
Veme seguir caminando...
Pero sobre todo veme sonreír, aun
adolorido,
Ven y sonríe conmigo.
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