Si fuese un templo sería uno
cuyas puertas crujen al ser abiertas,
Como las articulaciones de un
anciano reumático,
Que aún desea sentir la caricia
suave de su amante
Si fuese un templo sería uno en
cuyos pasillos se oyen murmullos,
Como las voces de un paciente con
esquizofrenia,
Y al que de vez en cuando le
susurran que aún es hermoso,
Si fuese un templo sería uno
cuyas ventanas crepitan con el viento,
Como los sueños rotos de alguien
con cáncer pancreático,
Que drogado con morfina mira de
reojo al mundo y no lo odia,
Si fuese un templo sería uno
devastado por una guerra química,
Como el esófago de un bulímico corroído
por ácido gástrico,
Y aun adolorido sonríe mientras
intenta beber agua…
Si fuese un templo sería uno de
enigmas pintarrajeados en sus paredes,
Como las marcas de alguien
azotado en Indonesia por acostarse con alguien del mismo sexo,
Las cuales sanarán con el tiempo haciéndose
un callo imborrable como el amor mismo,
Si fuese un templo sería uno
rentado a “rockeros” para hacer sus fiestas privadas,
Los cuales perderían su depósito
porque lo dejaron aun peor de lo que estaba,
Aun así, lo vivido bien valdrá la
pena…
Si fuese un templo estaría
situado en Tailandia donde los monos moran y todo es una mierda,
Como los escondites escuetos
debajo de los puentes donde se albergan los mendigos,
Que salen con una sonrisa cuando
el sol rebosa esperando conseguir un poco de comida,
Si fuese un templo, sería uno católico
lleno de vino, pan, oro y culpa,
Como un político peruano con un
sueldo exagerado que proviene de un ciudadano incauto,
Y que reclama al mundo cambio, y
se niega a ayudar a conseguirlo…
Si fuese un templo tendría
grafiti borroso esparcido en sus muros,
Como los brazos de un marinero que
se tatuó los brazos y contrajo hepatitis C el mismo día,
Que usa doce semanas de “glecapervir”
antes de su matrimonio, y se autodenomina “célibe”
Si fuese un templo sería una
Mesquita adornada modestamente con tu nombre,
Indelebles y duraderos como la
marca de tus dedos en mis caderas y mis hombros,
Con esas manchas rojizas que deja
tu barba cuando me haces tuyo sin clemencia alguna,
Si fuese un templo sería uno edificado
solo para venerarte,
Arrodillado y con la espalda
curvada, esperando que tu amor me llene de gracia,
Y te quedes conmigo, una semana o
un mes o un año o una década o mejor toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario