Y pronto dejaré todo y hacia ti avanzaré…
Caminaré por el prado descalzo,
Cerraré los ojos
Y agudizaré mi oído
Hasta que pueda oír como las arañas tejen su trampa,
Y como las mariposas aletean desafiando la brisa,
Como las abejas se menean delicadas en las flores,
Me apoyare en el sauce más viejo,
Y bajo su sombra descansaré un rato,
Dejaré que mis latidos se mimeticen con los suyos,
Que me reconozca como parte del mundo,
Inocuo a su existencia,
Y dejaré que las hormigas usen mis brazos como puente,
Allí quisiera quedarme…quieto, casi inerte,
Con nada entre mis dedos más que aire,
Con nada más entre mis pies y la tierra que las hojas
secas,
Quiero volver al mundo de donde vine,
Quiero volver a la tierra,
Quiero volver a ser parte de ese paraje fresco por la
lluvia,
Brillante por las flores refractando la luz del día,
Quiero volver a la tranquilidad del vientre de Gaia,
Pues ya me canse de caminar con el hombre,
Pues ya me canse de estos senderos sin aparente
destino,
Ya me canse de respirar, de comer, y hasta de mi
propia sonrisa,
Ya me canse del ensordecedor ruido de este mundo,
Ya me canse de las variopintas voces en mi cabeza,
Ya me canse de las despedidas que parten en el corazón
y quiebran el alma,
Quiero volver al vientre de Gaia,
Donde el pulso de la tierra se siente como un hormigueo,
Como el tránsito sinuoso de gusanos jugueteando entre
las raíces más profundas,
Quiero regresar a ese estanque donde las almas nadan
sin prisa,
Donde los recuerdos colectivos se entrelazan,
Quiero volver a ser parte del espíritu líquido de
Gaia,
El que mana de la tierra, el que recorre el xilema y
el floema de las plantas,
Ya me canse de esta forma humana,
Ya me canse de esta ropa que a veces duele,
Ya me canse de esta vida,
Ya me canse de que mi cerebro este en pausa,
Que mis músculos estén tiesos como ramas secas,
Ya me canse de los opioides y la “pregabalina” que me
consume las neuronas,
Como alas de polilla cerca de un fósforo encendido,
Ya me canse de este viaje que se siente como “fustuarium”
del medievo,
Quiero regresar al arrullo sereno de Gaia,
Y por eso le ofrendo mi vida…
Mi sangre que es salvia teñida,
Mis lágrimas que son tan saladas como el océano,
Mis huesos que son de cal y arena,
Y estos versos llenos de narcóticos…
Regresaré a ti y volveré a ser tierno e invitador como
el prado verde en primavera,
Regresaré a dormir en la paz de tu generoso útero…Gaia.
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