martes, 21 de abril de 2020

Mi hermana

Haciendo piruetas libres en el estanque de las almas,
Bajo el enclenque velo de aire,
Allí nos encontrábamos hasta que la luz nos golpeó los ojos,
Nacimos en hogares diferentes como el otoño y la primavera,
Pero el destino que siempre se enreda como cordón umbilical nos unió,
Y en estos caminos inciertos nos encontramos,
Tus acertijos, mis rimas,
Tus manías, mis locuras,
Tus afectos efusivos, los míos asolapados,
Y desde ese entonces no nos hemos separado,
Y es que nos gusta caminar el uno al lado del otro,
Dejando que la cordura que se nos escurre a ambos,
Se mezcle y logre ser siquiera entendible para el mundo,
Donde la sobriedad es la norma,
Donde la normalidad es la norma,
Nuestra locura invoca las miradas,
Nuestras frases quebradas y atontadas de opioides levantan cejas,
Nuestra amistad inspira…
Si, un día nos encontramos como en ese lapso diminuto de tiempo,
Cuando se une el día y la noche,
Cuando la verdad se funde con la confianza,
Y desde entonces completas mis frases,
Desde entonces lees mis miradas todas,
Y desde entonces podemos ser traslucidos como el aire que flota en el mundo,
Podemos ser nosotros mismos,
Sin caretas, sin retenciones, sin secretos,
Con benzodiacepinas carcomiendo nuestros pensamientos,
Adormeciendo nuestras palabras,
Relajando los labios para florecer en sonrisas inmensas,
Sí, un día nos reconocimos miembros de una nube de almas que viaja juntos
Entre las estrellas, entre las galaxias, entre las dimensiones,
Entre esta y otras vidas…
Un día nos encontramos, mascullando nuestros pensamientos,
Dijimos hola, sonreímos…
Y ese día te reconocí como mi mejor amiga,
Y ese día te reconocí como mi hermana,
La que no emano del mismo cáliz materno,
Pero la que el destino así declaró.

sábado, 11 de abril de 2020

Bendición


Los brotes recién resurrectos de las buganvilias abrazan las macetas,
Con un fiereza única,
Con esa necedad con que uno se llega a aferrar a los malos amores,
Mitificando caricias que no valen nada,
Ensalzando besos que no son más que burdas copias de otros,
Procurando mantener el lecho tibio para no sentir al invierno patearte las costillas,
Para no oír a tu propia alma recriminarte otro fracaso,
Para contener las letanías funerarias que son capaces de producir tus ojos,
En verdad me sorprende lo retorcido que puede ser mi propia mente,
La cantidad de dolor que puedo resistir sin borrar mi sonrisa boca,
Sabiéndote tan del mundo como lo es el viento,
En verdad me sorprende que tan obstinadas pueden ser mis piernas
Como para enredarse alrededor de tu cintura que clama ser libre,
Como puedo siquiera besarte ignorando el sabor de otros labios en los tuyos,
Tan solo para no darle a mis nervios volátiles más razones para desquiciarse,
Y es que con esa misma tenacidad con que crecen las buganvilias,
Me aferro a ese sexo tuyo,
Del cual has lavado mi nombre con fiereza,
Con cada estocada en tus amantes de sonrisas desfiguradas por la lujuria,
Como puedo mirarte y siquiera pensar en acomodar tu cabello desordenado,
Y notar los jeroglíficos rosáceos que adornan tu cuello,
Tallados por otros dientes y hacerme el tonto,
Tan solo para no admitir ante el espejo que esto murió como las flores sobre la mesa,
Que yaces a mi lado cada noche como un montículo de penas y asco disimulado,
Tan cerca de mi piel desnuda, tan lejos de las promesas que un día hiciste,
Me sorprende como dejo que mis pensamientos se apilen como cuerpos a ser cremados,
Por la indiferencia de tus dedos cuando retiras mis manos suplicantes de tu pecho,
Me sorprende como me repugna tanto este yugo autoimpuesto,
Y esa falta de firmeza en mis rodillas para decirte que esto acabó,
Para decirme a mí mismo que debo dejarlo todo atrás y seguir mi camino,
Pero se me quiebra la voz para proclamarte libre,
Libre para que disfrutes de los ardores que el mundo pueda ofrecerle a tu pelvis inquieta,
Libre para que dejes de cuidar de un muerto en vida,
Sí, lo sé, he aglutinado todo el egoísmo del mundo en mi garganta,
Así que dilo tú, dilo ya, dilo sin reparo,
Prometo simplemente asentir con la cabeza,
Y sonreír con un gesto regio de resignación en mis magullados labios,
Dilo y prometo besar tu frente y decir adiós…adiós y buena suerte.

Lentitud


Quisiera que mi corazón tuviese la sucesión de los días,
Enamorarme cada noche y superarte cuando amanezca,
Pero no puedo,
Te has concentrado como colonia bacteriana en mi alma,
Y te propagas in control alguno en mis pensamientos,
En mis ideas te escurres como una infección imparable,
Y no logro dejar de desearte,
Me aferro a esas emociones peligrosas que me ponen en riesgo,
Me venturo en el capricho de tus caricias sin recato,
Y cedo a tus caprichos todos,
Como la tierra bajo el arado,
Como la arcilla sobre el torno,
Quisiera poder escudriñar mis versos y separarte de ellos pero no puedo,
Te has colado en la tibieza que corre mis venas,
En el pulso mismo que habla en clave morse en mi pecho,
Y me tienes solo para ti, para tus antojos,
Para gloria y alabanza de tu pelvis siempre aguerrida,
Quisiera resistirme a esta urgencia de tocarte,
Pero me atraes como la primavera atrae a las mariposas,
Como las arañas atraen a su presa,
Y en tu red, mirándote hipnotizado me dejo devorar por completo,
Bendiciendo cada bocado que tomas,
Alabando tu voraz apetito,
Quisiera poder raspar esa sensación de pertenencia de mi piel,
Arañarla tan fuerte hasta que sangre
Y que el dolor punzante extendiéndose por todo mi cuerpo me despertase,
De este letargo sumiso,
De esta incondicional entrega,
De esta sonrisa boba que dibujas con tu sola presencia,
Quisiera poder solo gozar del fruto bendito entre tus piernas,
Saciarme con solo una mordida o quizás un festín improvisado,
Y luego limpiarme tu nombre de los labios,
Limpiar mi boca temblorosa de esta necesidad que tengo de besarte,
Y seguir adelante,
Seguir deambulando sobre esta arena húmeda donde deje mi barca,
Donde decidí que echaría raíces y me dejaría llevar por la corriente,
Donde deje mi barba vacía,
Descolorida como la esperanza con que viví todo este tiempo,
Y que amores perros mordisquearon hasta hacerla trizas,
Quisiera que desaparecieses así como apareciste,
Sin que te buscará, creyendo que no existías…
Quisiera dejar que la vida se me marchite de una buena vez, pero a tu lado es imposible,
Quiero respirar todo el aire del mundo,
Quiero beber hasta estar satisfecho,
Quiero que mi pecho siga latiendo puntual como un reloj nuevo,
Quiero que mis piernas se enraícen en las tuyas como las raíces del arce,
Llegaste y todo cambio de repente,
Llegaste y quiero seguir viviendo,
Llegaste y ahora no sé qué hacer si me llegases a faltar…morir quizás,
Morir lentamente…morir nuevamente.

Confía


Tus gestos son indescifrables,
Confusos como los salmos,
Fríos como los rasgos de quien ha visto la muerte,
Desesperanzados como alguien a quien su alma ha sido bombardeada,
Con esa mezquina búsqueda humana de placer sin compromiso,
Y yaces allí mirándome con esos ojos vacíos,
Como un monigote sin alma,
Un gólem amasado por la lujuria y luego desechado sin miramiento alguno,
Y yaces allí sonriendo con la esperanza quebrada en tus labios,
Y quisiera acercarme más pero temo te asustes como cervatillo,
Quisiera acariciar tus mejillas pero temo te desmorones como la economía del mundo,
Me acerco y retrocedes temeroso como ciervo herido,
Con movimientos lentos como si alguien hubiese extirpado tus nervios,
Y los hubiese tejido en una soga y luego anudado tus tobillos con ella,
No temas, no te hare daño,
Sólo quiero acariciar tu cabello,
Solo quiero dejar que mi mirada se hunda en la tuya,
Quiero pescar esos pequeños fragmentos de tu alma que nadan en el vació de tu mente,
Y con mis manos minuciosas reconstruirla
Y suplir las piezas faltantes con besos,
Con estas rimas desnudas que retozan en mis pensamientos,
Si dejases que mis dedos se enreden como el destino en tu cabello ensortijado,
Si dejases que bendijera mi frente con mis besos que palpitan como mis venas,
Sabrías que no te haré daño,
Estoy aquí, de pie frente a ti con las manos limpias,
Sin armas, sin tretas,
Con esta dignidad desempolvada que luzco sobre mi curtida de inviernos,
Si estoy aquí, es por ti, es porque me gustas, es porque quiero estar a tu lado,
Dar lo mejor de mi para hacer de esta tierra un pedazo de primavera,
Un rincón florido en esta jungla de cemento pulido,
Si estoy aquí, es por ti, toma mi nao,
No voy a lastimarte…lo prometo…lo juro,
Cree en mi…
Cree en mi.

martes, 7 de abril de 2020

Otoño


Hoy las amarillas mariposas han salido a revolotear aventureras
Zigzagueando entre las ramas más altas de las tipas,
Que se irguen petulantes delante de mi casa…
Y su suave batir de alas esparce el polen sobre la tierra húmeda,
Para dejar que las flores se entretengan en tertulias,
Mientras los colibrís se asoman sagaces por los desordenados jardines,
Escabulléndose entre el zumbido de sus coloridas alas,
Yendo y viniendo, una y otra vez,
Mirando de reojo a las hormigas desfilando por los troncos portentosos,
Sin miedo al sol que hoy se aferra a las nubes como queriendo ocultar su desnudez,
Y a los escarabajos sortean su suerte saltando entre las hojas,
Tratando de esquivar las telas de araña que relucientes y pegajosas
Que escurrían gotas de lluvia de la noche que se fugó compungida,
Y allá en el suelo, dónde la sombra es más negra que mi alma,
Se estiran sin recato alguno, las setas alojadas en la base de los árboles,
Sabiendo que nadie las pisoteará,
La vida de esta tierra que parecía yerma,
Hacinada de ecos de sirenas y reflejos de luces de artificiales,
Hoy se siente serena, tibia y palpita tímida,
Hoy se revela silenciosa a quien la observe con detenimiento,
Hoy muta enardecida…
La vida muda su piel como mariposa,
Y despide el verano con esta tarde hermosa,
Y nos regala una noche de luna llena agazapada entre la niebla…
Hoy llega el frío arremolinándose en el firmamento,
Rasguñando las ventanas de los edificios que destellan como estrellas hechas rehenes,
Vuelve el gris al que ya me he acostumbrado y al que extrañaban mis ojos,
Vuelve a sumirse en la penumbra esta ciudad tan beata como puta,
Hoy despido al verano cerrando las ventanas,
Olfateando una taza de té caliente,
Rojo, dulce, y mentolado…
Hoy despido el verano,
Con una alegría que mi sonrisa revela sin una pizca de timidez.

viernes, 3 de abril de 2020

Cuarentena


El reminiscente olor fétido de muertos abandonados pronto desaparecerá,
Las baldosas serán pulidas con hipoclorito,
Y toda la tela chamuscada se ira en el viento como pétalos cenizos diminutos,
Pronto las ciudades se contraerán compungidas,
Mientras los cementerios se estiren cual enredadera viciosa,
Pronto esta noche vagabunda que ha acampado en nuestros hogares terminará,
Y los niños se frotarán los ojos hasta que queden rojos como amapolas maduras,
Y sus labios quebrados recitarán el nombre de sus abuelos y abuelas,
Y seguirán adelante…
Todos seguiremos adelante,
Como haciendo una fila esperando ser atendidos por el destino,
El dolor se marchitará como las flores sobre las mesas,
Y del mismo modo que arrojamos los pétalos mustios y los tallos podridos,
Nos desharemos de la ropa avejentada,
De las fotos que nos cortan la respiración y nos estrujan el pecho,
Pronto desalojaremos este miedo que merodea voraz detrás de la puerta,
Y podremos salir a caminar de la mano,
Podremos besarnos,
Podremos volver a abrazarnos…
Podremos reunir a los sobrevivientes en un gran banquete,
Y recitaremos con amor el nombre de los que partieron sin culpa, sin pena, sin gloria…
Cuando todo esto pase,
Espero poder compartir más de mis días, de mi tiempo, de mi vida…
Así que mantente a salvo, mantente con la puerta y las ventanas cerradas,
Se paciente,
Para compartir nuevamente mi vida…contigo…con todos ustedes.

Caída


El mundo late, vibrante como las venas en mi cuerpo,
Con esa fuerza que me recuerda al deseo caliente en tus dedos,
Ese que se perdió en la peste…
El mundo palpita, toda su energía la siento bullir bajo mis pies desnudos,
Detengo mi paso distraído,
Y puedo sentir ese viento que se quebraba sobre el concreto de los edificios
Y ahora corre libre, indomable seguro de sí mismo,
Como los espíritus de los caídos,
Ellos se levantan como los brotes de trigo,
Erguidos, sin pudor alguno,
Ahora todo se siente más ligero,
Como si las preocupaciones del mundo se hubiesen calcinado en las piras funerarias,
Hoy el horizonte es sólo una ventana grande,
Una a la que me asomo sin temor alguno,
Una de la que voy a saltar, perdiéndome en el trayecto para encontrarte en el pavimento,
Cuando los huesos se hayan quebrado y la sangre sea una flor amorfa en el pavimento,
Podré verte de nuevo,
Podré caminar en el éter acolchado del limbo,
Entrelazando mis dedos con los tuyos,
Como hiedra reclamando las baldosas rotas de las casas abandonadas,
Así volveré a reclamarte sólo mío…
Estaremos juntos como siempre lo soñamos;
Cuando el pavimento colapse contra mi sonrisa serena,
Volveremos a estar juntos como lo prometimos.

Huída


Las venas se agitan
Saturadas de nervios,
Palpitan febriles y con ritmo melancólico,
La sangre no es más que una espesa lava
Que me quema,
Que me consume desde dentro,
Y mi piel se tiñe rojiza como las verbenas,
Y aun así siento que me marchito,
Que estoy remando solo en esta barca,
Que se aleja del otrora puerto sereno de tus piernas,
De esas playas tibias que anidaban en tu pecho,
Tengo deseos de mirar a otro lado,
Pero no sé a dónde,
Pues sólo hay vacío en el horizonte,
No hay más que viento traslucido,
Haciéndose fibroso como el algodón cuando la temperatura baja,
Hoy tengo deseos de ya no sentirme vacío,
De vomitar toda mi ira, toda mi pena, toda mi melancolía,
Ver como se enturbia el agua del planeta,
Y se borra tu nombre de la superficie
Y de todos mis recuerdos
Hoy anhelo sobremanera, ser capaz de seguir adelante por propia cuenta,
A donde me lleve esta corriente sin curso aparente,
A donde tus silencios y ausencias no se me claven como espadas,
En este corazón que ya ha sufrido demasiado,
Hoy me sacudo el calor de tus caricias mustias y hasta caducas,
Como un perro sacudiéndose las pulgas,
Y avanzo lentamente a donde los mendrugos de pan se ofrezcan en abundancia,
Y las caricias se propinen sin condición alguna…
Hoy me marcho con toda mi ropa pero sintiéndome desnudo,
Hoy me marcho con todas mis pertenencias pero sintiéndome desamparado,
Ojalá eso cambie pronto,
En serio lo deseo…en serio lo anhelo.

Bendición


Más allá de donde llega la mirada,
Donde yacen los muertos apilados,
Se levanta el sol con sus rayos retorcidos,
Con su calor relamido,
Que crepita sobre la hierba verde,
Y sobre el lomo de moscas
Que forman nubes ruidosas sobre la carne hedienda,
Pronto el fuego ha de crujir,
Las cenizas volarán libres como versos,
Como esos sueños novicios que albergue en mis años mozos,
Y ahora son solo alucinaciones nerviosas,
Rezagos de fobias decrepitas,
Que se reúsan a desvanecerse en el olvido,
Más allá de las colinas de muertos, tiesos y podridos,
Se levanta el sol con sus rayos tímidos,
Efigies somnolientas,
De esporas coloridas que ruedan hasta mi ventana,
Y se esparcen por la terraza y la sala,
Con esa tozuda intención de una ingle emocionada…
Más allá de las pilas de muertos,
Hay un sol que siempre se levanta,
Como hito de esperanza para los que aún quedamos vivos,
Y para aquellos óvulos fecundados,
Que en el útero de sus madres asustadas,
Sueñan con conocer el mundo más allá de la cérvix dilatada,
Y poder amasar las ruinas de este mundo
Y edificar un nuevo mundo,
Uno más piadoso,
Uno menos podrido…
Más allá de las pilas de muertos, algunos resecos y otros aún tibios,
Se levanta el sol cada mañana,
Y cuando este caos termine, ojalá aprendamos a apreciar la bendición de cada día.

Espera


El mundo mira al cielo,
Ojos lambiscones buscan imágenes descendiendo en bruma blanca,
Otros con los pensamientos aún más trapeados que la cocina de mi abuela,
Ven formas sacras en las nubes,
Manos, crucifijos, una bendición que anhelan con la fuerza de sus entrañas,
Pero no hay nada de eso,
Solo una capa grisácea que se desliza imperturbable del oeste a este,
Y bajo ella aves siempre desafiando la gravedad, siempre altaneras,
Paseándose en libertad y mirando con desprecio a quienes no tienen alas,
El mundo se vuelve más sereno con el pasar de los días,
Y estas piernas aguerridas se van amansando,
Y estas manos irreverentes se van haciendo sumisas,
Incluso mis miradas fieras se van amilanando,
Como león domado con látigo, palo y ayuno…
El mundo allá afuera se ve más grande de lo que lo recuerdo,
Se siente más ajeno de lo que jamás imagine,
Y aquí mis pensamientos se enrollan en si mismos,
Se vuelven capullos, orugas asustadizas,
¿Qué haré mañana?
Si no mirar mis uñas creciendo,
¿Qué comeré mañana?
Si no lo que mi alquímico conocimiento me permita crear en la cocina,
¿En qué pensaré?
Si no en tus manos, en tu piel ungida de deseo,
Y en el dejar que mis deseos perversos se deslicen
Como el óleo y el bálsamo sobre la frente de los creyentes,
Mientras otros miran al cielo buscando respuesta a su tortuoso encierro,
Yo miro al horizonte,
Fantaseando con lo que haré con tu cuerpo,
Mordiendo mis labios y dejando que mi diestra repta por debajo de mi ombligo,
Y la siniestra se desliza por la curva del sacro,
Quiero sentirte en todos los sentidos de la palabra,
Dejar que mis ojos se queden prensados de los tuyos
Mientras nuestros cuerpos se entrelazan como ritmo y métrica…
Cuando todo esto acabe,
Y los labios del mundo den gracias al milagrero,
Los míos se dedicaran a gemir tu nombre…
Con el mismo fervor de sus rezos,
Con la misma dicha de la indulgencia plenaria que el mundo anhela,
Cuando todo esto acabe ya sabes dónde encontrarme…
Sólo ven, aquí te estaré esperando.

It's time

I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...