El amanecer se filtra cauteloso
entre las ramas de los árboles,
Se acerca temeroso de mis
fluctuantes ánimos,
De esa volatilidad innata en mi
alma,
De esos acordes vaporosos que lo
consumen todo algunos días,
El sol se desliza cauteloso entre
las nubes,
Y así agazapado se queda en el
firmamento,
El gris de esta ciudad se vuele
un poco más brillante,
Y camino cerrando los ojos de
rato en rato,
Concentrándome en los murmullos
del viento
Esos que tienen notas de
ruiseñores y violetas,
Camino cerrando los ojos de rato
en rato,
Concentrándome en la fresca
caricia de la neblina,
Que gira, danza, y hace piruetas,
El amanecer de otro día es el
inició de miles de posibilidades nuevas,
Una garantía de que la vida aún
me recorre todo el cuerpo,
Como hormigas que nunca se
detienen aun cuando a veces avancen lentas,
Un nuevo día ha llegado,
Y con él la posibilidad de
sonreír por cosas tontas,
De caminar descalzo,
De perder la noción del tiempo
viendo como el viento arrulla las plantas
Y los matices de las flores
exceden las posibilidades de mis rimas,
Dándome ánimo para seguir
escribiendo,
Respirando, caminando…aun cuando lo
haga con calma,
Otro día ha llegado para este
mundo,
Otro día ha llegado para abrazar
a los que amo,
Otro día ha llegado para darme
cuenta que aunque estoy adolorido no estoy vencido,
Que si puedo levantarme de la
cama y dar un paso y luego otro,
Aunque las piernas se sientan
rasgadas desde dentro,
Y los brazos se sientan
masticados por invisibles diablillos,
Entonces todo estará bien…todo
pasará,
Quizás no hoy, quizás mañana,
pero pasará,
Así que no perderé esta sonrisa
donde se balancean las cosas que me hacen dichoso,
Todas las personas que me hacen
sentir bendito,
Y aunque todo duela y parezca que
se mi cuerpo se quiebra por dentro,
Yo seguiré caminando,
Seguiré sonriendo,
Seguiré disfrutando de cada día
como si fuese el último.
No hay comentarios:
Publicar un comentario