Hoy el cielo está negro,
Como olla dejada al abandono
sobre el fuego,
La noche está ennegrecida,
Con las cenizas de súplicas que
se han quemado en el olvido,
Antes de que los dioses las hayan
oído,
Todo está sombrío,
Como la piel del lobo
agazapándose detrás de los matorrales altos,
Todo está borroso,
Como los recuerdos dulces de mi
alma, hoy manchada en pecado,
Y sí, estoy triste, y me siento
solo,
Caído como las hojas secas
asesinadas por el otoño,
Quebrado por los pasos presurosos
de transeúntes distraídos,
Esos que miran sin observar con
detenimiento,
Esos que respiran sin saborear el
aroma fresco del viento,
Esos que caminan sin darse
cuentan de los desfiles de hormigas,
O las pequeñas ondas susurrantes
de gotas de lluvia
Cayendo sobre charcos amorfos
tallados por el tiempo
Entre la vereda y la carretera
empedrada,
Hoy mi mirada tiene ese tono
oscuro y lánguido,
Como una tonada incompleta,
Que se desliza lentamente en el
limbo,
Quizás a reunirse con las
sonrisas que he fingido,
Quizás a hacer una ronda con los
sueños que enterrado,
Hoy el cielo está negro,
Chamuscado como mis ánimos,
Sí, estoy triste, estoy cansado,
estoy mareado, estoy adolorido,
Mis músculos se retuercen como
mis propios pensamientos,
Cuesta respirar aún con paciencia
extrema,
La piel toda se siente como
restregada con vidrio roto,
Y no sabes las ganas que tengo de
besarte,
Las ansias sofocantes que tengo
de abrazarte,
Pero hasta ese pensamiento duele,
Sí, otra vez estoy acurrucado
tratando de mimetizarme en el silencio,
Procurando que la noche engulla
el dolor que me aqueja,
Y al llegar la mañana,
Pueda estirarme como una rama
fresca,
Como una flor nueva,
Y deje atrás este día ahumado,
Esta sinfonía de calambres y
espasmos,
Esta maldita crisis de dolor que
me consume como si estuviese nadando en ácido,
Hoy el cielo está negro y
chamuscado
Pero mañana será otro día y todo
estará más claro,
Más mis versos serán más serenos,
Mañana mis labios lograrán
perderse en los tuyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario