Mis rimas se elevaran como nubes sobre la luz de la mañana,
Entonaré salmos que alaben tu nombre,
Derramaré mis bendiciones todas sobre tu frente,
Ofrendaré el humo de mi incienso
La flama enclenque de mis velas,
El brillo liso de mis ágatas y cuarzos,
Las imágenes multicolores de mis cartas,
El brillo afilado de mi daga,
Y el calor negruzco de mi caldero,
Al viento, al agua, al aire y al fuego…
Usaré mi espíritu como lámpara en la noche más tenebrosa,
Y estas ganas de acariciarte las traduciré en fuerza a cada
paso,
Descalzo cruzaré el puente tapizado de amapolas,
Y allí donde te halles te encontraré,
Devolveré el calor a tus labios con los míos,
Devolveré la frescura a tu piel con mis dedos…
Allí donde te retienen lejos de mí, yo te encontraré,
La “tilaka” sanguinolenta en mi frente confundirá a los
guardias,
Y mis ropas de lobo me harán invisible entre los espectros,
Tocaré con ahínco mi tambor “lapón”, así sabrás que estoy en
camino,
Donde sea que estés cautivo, yo te encontraré,
Cierra los ojos a los horrores vaporosos,
Ignora las voces tormentosas,
Ya pronto susurraré tu nombre y te besaré,
Ya pronto mi mirada se zambullirá en la tuya,
Ya pronto estaremos juntos nuevamente…
La vida nos unió,
No dejaré que la muerte contradiga su designio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario