Si vinieses tan suave como el otoño,
Como el mismísimo viento que se cuela entre los árboles,
Como hilos traslúcidos de telas de araña,
Podrías caminar a mi lado,
Ver el mundo extenderse como un poema enamorado.
Si vinieses tan ligero como la primavera,
Como la mismísima lluvia que escurre por las hojas más jóvenes,
Como lágrimas llenas de dicha sobre unas mejillas arrugadas,
Adornadas por una sonrisa serena,
Entonces te tomará entre mis brazos y mis labios,
Sin pedirte nada,
Sin siquiera robar una pizca de tu esencia,
Aun así serías mío.
Si hoy vinieses a mi...
Me quedaría contigo por siempre.
Si vinieses sigiloso como el invierno,
Como la noche tenue reclamando todo para ella,
Como el sueño que revolotea entre mis latidos,
Podrías sentir como tu nombre echa raíces en mi alma,
Podrías saberte seguro a mi lado.
Si vinieses raudo como el verano,
Como los rayos dorados del sol apuñalando las olas,
Como el polen de las flores arrancados por la brisa marina,
Reconocería tu aroma con los ojos cerrados,
Te dibujaría con sumo detalle con mis dedos,
Y escribiría mi nombre en tu piel toda,
Y te reclamaría mío,
Hoy y siempre…siempre…amén.
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